El delito de la delincuencia organizada que más importa combatir, hoy por hoy en el gabinete de Seguridad Federal, es el robo y contrabando de combustible. Habrá que diferenciar esto del simple huachicol.
El robo desde las tuberías de Pemex o la importación ilegal de combustible es, probablemente, el delito que más ha crecido en los últimos años.
Los aseguramientos de decenas de miles de litros de combustible en Tamaulipas y en Baja California pusieron un ejemplo de lo complejo que es la operación.
El combustible se compra a unos 12 pesos el litro en los Estados Unidos y los grupos de distribución -grupos por supuesto ilegales- se pueden llegar a disputar el producto ingresado de manera ilícita a nuestro país, hasta en 20 pesos el litro.
Normalmente se declara que traen aceite, pero traen gasolina refinada y así pasa.
¿Y la presencia de los marinos en esas aduanas? Aun así, pasa y pasa por miles y miles de litros. ¿Cómo se explican las hasta 200 pipas de doble carro tanque que hacen fila para entrar a una aduana que además solo tiene permitido importar al país granos?
Pero el entramado de corrupción no queda solo en la aduana, pasa por los 3 niveles de gobierno. Es un gran “negocio”. Un negocio que en efectivo aceita las manos de muchos funcionarios.
Otro de los delitos que se está combatiendo con fuerza es la extorsión. Está tan avanzado en cárceles del país como en domicilios que arman hasta cabinas insonorizadas, es decir, cabinas como si fueran las de una estación de radio profesional como la que se acaba de desmantelar en Puebla. Fueron detenidas cuatro personas en ese operativo de apenas esta semana que termina.
Aunque insisten en decir que son el mismo proyecto, no se parecen en nada el de López Obrador y el de la presidenta Sheinbaum. Hay quien en el gabinete federal piensa que los resultados en materia de decomisos, bandas delincuenciales desmembradas, asesinos detenidos y sobre todo millones de litros de combustible recuperados es una forma de sobre exponer los resultados y hacer pensar a la ciudadanía que con eso se está resolviendo el problema de la inseguridad.
Pero si uno hace el comparativo con lo que en el sexenio pasado se hizo en materia de inseguridad, se tiene la respuesta a la mano; no había sobreexposición del tema de los resultados, simplemente porque no los había.
En fin, que el Gabinete de Seguridad no se da abasto con tantos actos delictivos que se cometen en el país, sobre todo los de alto impacto social y económico.
Actos delictivos que se han estado cometiendo de manera consolidada mientras gobernadores, mayormente de Morena, no han hecho nada.