Telar de cintura: un arte otomí que rompe fronteras
Reyna Rayón Salinas es una artesana originaria de la localidad de San Francisco Xonacatlán. El Universal

Reyna Rayón Salinas es una artesana de la técnica tradicional del telar de cintura, originaria de la localidad de San Francisco Xonacatlán e integrante de la comunidad otomí.

Su trayectoria de 35 años, la ha convertido en una maestra de este arte, compartiendo su conocimiento con artesanos de todo el Estado de México y otras entidades como Chiapas, Puebla y Tlaxcala.

En entrevista, la artesana narró que adquirió su conocimiento desde muy pequeña, pues a la edad de cinco años comenzó su curiosidad al ver a su madre y a su abuela en la elaboración de finos bordados.

Su madre, Margarita Salinas, y su abuela, Ramona Jiménez, fueron quienes le enseñaron la ancestral técnica del telar de cintura.

Esto, a pesar de la reticencia de su progenitora, ya que prefería que Reyna acudiera a la escuela. Sin embargo, como buena niña curiosa, observó bien el proceso hasta que un buen día tomó sus primeros hilos y comenzó a bordar unos listones.

Cuando los terminó, los entregó a su madre para que los vendiera en el mercado de Toluca. Así ganó sus primeros dos dólares, que en aquél entonces eran unos 25 pesos, y desde ese momento no ha parado de confeccionar prendas en su telar.

Sus piezas son únicas: los rebozos, los quexquémetl, los chincuetes y las fajas que elabora en el telar a mano con motivos emblemáticos de la cosmovisión otomí.

Sin embargo, estas vestimentas tienen su principal uso para el trabajo del campo o para fiestas tradicionales, un factor que la obligó a innovar la confección de sus prendas, por lo que ahora también da forma a bolsos, cojines, así como fundas para computadoras y celulares. Accesorios que, si bien rompen con los modelos tradicionales, conservan el estilo y los diseños propios de los textiles otomianos.

Estas piezas únicas pueden tomar hasta 20 días en su elaboración, dependiendo de la complejidad del bordado y el tamaño. Una parte importante en los trabajos de la señora Reyna es que ella misma prepara las tinturas para impregnar con colores únicos a los hilos de lana con los que da vida a sus maravillosas creaciones.

Así, la minucia de su confección, a partir de técnicas heredadas de generación en generación, tanto en los tintes, diseños, como en el tejido con el telar de cintura, la han llevado a romper fronteras, exponiendo su trabajo en países como Italia y Estados Unidos.