Trump 2.0

En “El arte de la guerra”, Sun Tzu señala que, ante el caos, el general sabio identifica oportunidades y prioriza la preparación como clave para superar a sus adversarios. Estas estrategias no se limitan al campo de batalla; su relevancia trasciende al ámbito político, en el cual las crisis suelen marcar puntos de inflexión decisivos.

En nuestros días, tales enseñanzas son un recordatorio de que la habilidad para responder con estrategia y visión permite definir el destino de naciones enteras. Esto cobra especial relevancia en un momento en el que el tablero global enfrenta cambios significativos.

Se trata, por supuesto, al inicio del segundo mandato de Donald Trump como el presidente número 47 de los Estados Unidos. Este acontecimiento no solo estará redefiniendo la política de esa nación, sino que también pondrá a prueba la capacidad de México y otros países para adaptarse a un entorno internacional cada vez más complejo.

Trump regresa con una agenda que promete cambios drásticos en la política comercial, migratoria y de seguridad estadounidense. Estas decisiones afectarán tanto a su país como al resto del mundo.

Durante su primer mandato (2017-2021), Trump se caracterizó por una retórica antimexicana que incluyó la promesa de construir un muro fronterizo, la renegociación del TLCAN hacia el T-MEC, y la constante amenaza de imponer aranceles a nuestros productos si no controlábamos el flujo migratorio.

Ahora, para su segundo mandato, dejó claras sus intenciones de renegociar aspectos clave del T-MEC para 2026, lo que podría poner en riesgo sectores como el automotriz, agroalimentario y manufacturero, pilares fundamentales de la economía nacional.

La migración también es otro tema delicado, ya que prometió endurecer las medidas contra las personas migrantes en territorio estadounidense y en la frontera, incluyendo redadas y amenazas de cerrar los cruces, así como la imposición de aranceles si México no cumple con detener el flujo migratorio.

Otro tema crítico es el combate al narcotráfico, en particular el flujo de fentanilo hacia EU. Aunque México colabora decididamente en estas acciones, prevalece el discurso de tomar medidas unilaterales, como incursiones en nuestro territorio.

La presidenta Claudia Sheinbaum tiene una postura firme ante el regreso de Trump. Enfatizando la necesidad de cooperación y respeto mutuo, dejó claro que México no aceptará injerencias ni medidas que comprometan nuestra soberanía.

Frente a este escenario, la prioridad debe ser fortalecer la posición en la relación bilateral y cerrar filas en torno a la presidenta. Los próximos cuatro años serán decisivos.

Ante tal escenario, solo la unidad nacional y la visión estratégica permitirán que el país salga fortalecido. Los ojos del mundo estarán sobre EU, pero también sobre México, y es momento de demostrar que, como pueblo y como nación, estamos a la altura de cualquier desafío.