Donald Trump, presidente de Estados Unidos, declaró que no eliminará los aranceles a China, “a menos que nos den algo sustancial”.
Trump declaró, a bordo del Air Force One, rumbo a Roma, Italia, para participar en el funeral del papa Francisco, que “todo saldrá bien, esas cosas siempre salen bien”.
“Tendremos tratos, pero también los haremos. Nosotros solo fijamos la tarifa, que será razonable, muy razonable, y ese será el final del asunto”, indicó
Cuando se le presionó sobre lo que constituiría una concesión “sustancial”, Trump dijo a los periodistas: “Bueno, liberen a China”.
El mandatario también se negó una vez más a decir si ha hablado con el presidente chino Xi Jinping, desde que asumió el cargo.
Nadie escapa al tobogán arancelario
La cruzada arancelaria del presidente Donald Trump, penaliza con la misma fórmula a aliados y enemigos, grandes y pequeños, pobres y avanzados.
Ni los más incondicionales eluden el comportamiento impulsivo del inquilino de la Casa Blanca.
Los institutos especializados en estudios económicos intentan desentrañar los impactos del “desenfrenado tobogán arancelario” de Trump, pero el comportamiento volátil y contradictorio del mandatario dificulta extraer conclusiones.
Panorama
Por lo pronto, los estudiosos coinciden en que la incertidumbre frena planes de expansión e inversión, altera el comportamiento del consumidor y encamina el planeta hacia la recesión.
De acuerdo con el instituto francés de investigación económica CEPII, el PIB mundial podría caer 0.7 % de aquí a 2040, y el comercio internacional disminuir 3 %, como consecuencia de los llamados aranceles “recíprocos” y las tarifas iniciales al acero, el aluminio y los vehículos.
En tanto, el aislacionismo estadounidense se está volviendo un poderoso incentivo que podría provocar cambios importantes a largo plazo en los patrones comerciales.