Mientras en Londres decenas de simpatizantes festejaban la decisión de la justicia británica al no haber extraditado a Estados Unidos a Julian Assange, fundador de WikiLeaks, el gobierno mexicano sorprendía al anunciar su oferta de asilo.

La jueza Vanessa Baraitser rechazó entregar a Assange, acusado por Washington de presuntos delitos de espionaje e intrusión informática, al juzgar que presenta riesgo de suicidio. Aun así, aceptó la validez de las acusaciones estadounidenses de que Assange habría incurrido en complicidad de piratería informática por parte de otros al publicar información clasificada que puso en peligro a informantes. Sin embargo, les dio más peso a los informes médicos británicos, que advierten sobre la fragilidad de la salud mental de Assange, quien sufre del síndrome de Asperger, y habló del riesgo de que, una vez en Estados Unidos, el fundador de WikiLeaks cometa suicidio, como intentó en su juventud.

Este miércoles, mientras tanto, la abogada y pareja de Assange, Stella Moris, buscará que se le conceda la libertad bajo fianza a Julian y pueda volver a casa con los dos hijos que procrearon.

El equipo legal intentará garantizar que Assange no se fugará de suelo británico.

En México, el presidente Andrés Manuel López Obrador sorprendió cuando felicitó a la justicia británica por su decisión de no extraditar al australiano: “Perdón al señor Assange, indulto y asilo en México. Nosotros le damos protección, vamos a hacer esa gestión”.

“México le ofrece asilo político, con lo que significa el derecho de asilo y nuestra tradición, que es protección, pero al mismo tiempo la responsabilidad de cuidar que el que recibe el asilo no intervenga, no interfiera en asuntos políticos de ningún país”, explicó. Difícilmente podrá hacerse este asilo realidad, en tanto Reino Unido no defina definitivamente el futuro de Assange.