Venezuela vive la “revolución de la cocaína”
Nicolás Maduro y Diosdado Cabello son los manubrios del narcotráfico en Venezuela. Cortesía

Nicolás Maduro y Diosdado Cabello son los manubrios del narcotráfico en Venezuela. Como presidente, Maduro permaneció en “las sombras” de la ilícita actividad, pero se afianzó como guardián de las redes internacionales del contrabando de drogas que operan en suelo venezolano e importan cocaína de Colombia para exportarla a México, Estados Unidos, América Latina y el Caribe, Europa y Asia.

Como número dos del régimen venezolano, teniente del ejército en reserva y diputado, Cabello es “la cara pública” del negocio y lidera el Cártel de los Soles —red narcotraficante que funciona en el aparato militar de Venezuela— para entregar ametralladoras, lanzacohetes y municiones a las disidencias guerrilleras de Colombia a cambio de cocaína y dirigir el transporte de la droga a Centroamérica, México y Europa.

El explosivo recuento del narcotráfico está contenido en un profuso estudio de más de tres años de InSight Crime, agrupación no estatal de Colombia que investiga al crimen organizado transnacional. El Universal tiene copia del documento denominado La revolución de la cocaína en Venezuela.

Maduro y Cabello negaron las acusaciones en su contra y las atribuyeron al acoso político de Estados Unidos contra la revolución socialista bolivariana que el ex presidente Hugo Chávez (1954-2013) comenzó a instalar en febrero de 1999 tras ganar los comicios de diciembre de 1998 y que asoció a la revolución comunista de Cuba.

Caracas aduce que enfrenta sin cesar al narco. En marzo de 2020, y en pago por información para el arresto y el enjuiciamiento de ambos, Estados Unidos ofreció una recompensa de 15 millones de dólares por Maduro y de 10 millones por Cabello, en una persecución por “narcoterrorismo”.

El guardián

InSight Crime exhibió la agresiva penetración narcocriminal en Venezuela que Chávez, al morir en 2013, llegó a Maduró.

Maduro “asumió [en 2013] la presidencia de uno de los centros más importantes de distribución de cocaína del mundo, y con él heredó un ‘narcoecosistema’ único, donde se había borrado la línea entre la delincuencia organizada y las instituciones del Estado”, precisó. Desde entonces, el narcotráfico y la participación estatal en el negocio “no han parado de crecer”, destacó.

Al revelar que “en la era Maduro, el tráfico de drogas se ha atomizado con una proliferación de actores que buscan acceso a la riqueza prometida”, describió que la participación de Venezuela “en la cadena global de suministro se ha expandido más allá del tránsito de drogas, con las primeras incursiones en la producción de cocaína”.

Sobre Cabello, InSight Crime lo ubicó como cabecilla del Cártel de los Soles y pieza crucial para sostener a Maduro en el poder.

“Las huellas de Cabello están en todas partes”, alertó, al recordar que aparece “organizando exportaciones de droga” a Centroamérica, México y Europa.

Así, el propósito central del Cártel de los Soles es ayudar al líder chavista a aferrarse al poder, convirtiéndose en un sistema de patronaje utilizado para distribuir la riqueza del tráfico de drogas entre los que, “en los ojos de Maduro”, son necesarios para mantener la estabilidad del régimen.