Don Francisco, con más de 50 años de residir en la colonia Independencia —una de las más inseguras al sur de Monterrey— afirma que si tuviera con qué comprar casa en otro barrio ya hubiera salido corriendo, pero como se mantiene al día, se resigna a vivir con temor.
El hombre maduro trata de no dar muchos datos sobre él, pero sobre la zona donde habita dice que cuando hay rachas tranquilas no se confía, pues lo mejor es no arriesgarse, “hay temporaditas que está bien, pero luego se descompone”, dice.
Platica que su vivienda está sobre las faldas del Cerro de la Campana, la cual logró construir con el esfuerzo de muchos años y recientemente ha tenido que acostumbrarse a la idea de ser víctima de la delincuencia a cualquier hora del día.
En la colonia Independencia, los residentes con el apoyo de activistas de diversos colectivos, empresas y autoridades han tratado de reconstruir el tejido social con acciones de mejoramiento urbano e integración de las familias a través de la convivencia y el trabajo comunitario.
Sin embargo, aunque se ha logrado avanzar en materia de desarrollo urbano, tanto la colonia Independencia como la colonia La Alianza —al norte de Monterrey— siguen siendo los polígonos urbanos con la más alta incidencia delictiva, de acuerdo con autoridades de seguridad pública.
Los grupos criminales han buscado intimidar por medio del terror, realizando ejecuciones en lugares públicos, con atentados contra policías, colocando mantas de amenazas a funcionarios, e incluso, en al menos tres ocasiones han dejado cuerpos descuartizados frente a las instalaciones de los penales de Apodaca, Cadereyta y Topo Chico, así como en la propia Agencia Estatal de Investigaciones.
Repunte de crímenes
Hasta ahora los peores años de violencia en Nuevo León se habían vivido de 2010 a 2012, cuando a la entidad llegó la división que hubo en el cártel del Golfo con Los Zetas; los últimos conformaron su propia agrupación delictiva.
Desde mediados de 2018 a la fecha ha habido una marcada tendencia a la alza en homicidios dolosos que no ha parado, pues en julio se registraron 70 casos; en agosto, 60; en septiembre, 74; en octubre, 83, al igual que en noviembre y en diciembre, cuando fueron 94.
Para 2019 el panorama no mejoró, puesto que en el primer bimestre sumaron 198 homicidios dolosos: en enero fueron 93 y en febrero fueron 105 los casos registrados. Esta cifra es igual a la de febrero de 2011.
Desde que Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco” asumió la gubernatura del estado —el 4 octubre de 2015— se ha incrementado la inseguridad y la violencia.
De acuerdo con reportes de seguridad, el cártel del Noreste es una escisión de Los Zetas formados tras la captura de Omar Treviño Morales “El Z-42”. La organización está enfocada al secuestro, extorsión, robo de vehículos, trata de personas, narcotráfico y lavado de dinero, entre otras actividades ilícitas; su área de dominio está en los estados de Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Zacatecas y San Luis Potosí.