Con operación podrán separar sus dedos

Karina Sántiz López, originaria de los Altos de Chiapas, desde hace semanas pide unas cuantas monedas a los diferentes automovilistas que transitan por el crucero de Caña Hueca y bulevar Belisario Domínguez, para ayudar a sostener a su familia, debido que uno de sus cuatro hijos nació con una deformidad en manos y pies, que requiere de cirugía y costosos medicamentos

El pequeño Jorge Luis Domínguez Sántiz de siete años de edad nació en Tapachula, Chiapas, sin ninguna complicación, pero con una deformidad en sus extremidades, un dedo de más en cada una de sus manos y pies, es decir, con 24 dedos en total.

No solo eso, los dedos del medio de sus sus pies y manos se hallan sin separación alguna, se encuentran unidos por una tela de piel, situación que le perjudica en sus movimientos motrices.

“A mi hijo lo operaron cuando apenas tenía dos años de edad, en esa ocasión le quitaron los deditos que tenía de más y además le separaron los dedos que tenía pegados su mano izquierda, pero con el paso de los meses esos dedos se le encorvaron y se volvieron a unir”, mencionó la madre del pequeño.

La causa de esto es probablemente de herencia genética o por ingerir demasiado ácido fólico durante el embarazo, le comentaron los médicos a Karina Sántiz, pero ella afirma que ninguno de los dos supuestos coinciden en su caso.

La operación que recibió Jorge Domínguez fue gracias al apoyo que recibieron de unos familiares del padre del niño, ya que contribuyeron económicamente para su realización y tratamiento, pero ahora el pequeño necesita otras intervenciones las cuales son costosas.

Una vez terminada la única intervención quirúrgica del pequeño, se le tuvo que comprar zapatos y sandalias ortopédicas, que costaron casi dos mil 500 pesos, esto sucederá por cada operación que reciba Domínguez Sántiz.

“Mi esposo actualmente vende en los cruceros y apenas alcanzan los mil pesos semanales por eso no nos alcanza, ya que tengo cuatro hijos en total, por eso me dedico a pedir unas moneditas en este crucero”, comentó Sántiz López.

Ahora, el niño necesita de otras cirugías para poder separar los dedos de sus dos pies y de su mano derecha, así como también observar la situación de su par de dedos encorvados y que se volvieron a unir.

Lo anterior implica grandes gastos para los padres del infante, los cuales no tienen, porque si se le volviera a intervenir se tendrían que comprar medicamentos de alto valor monetario.

“Solo esa vez que se le operó teníamos que comprar un ungüento que costaba 180 pesos, que sería para que cicatrizara la herida de la operación, ahora esa medicina ha subido de precio, ni me quiero imaginar de las otras”, agregó Karina Sántiz.

Actualmente, el pequeño Jorge se encuentra en segundo grado de primaria, gusta de ir a clases, pero comienza a tener problemas por la situación física que padece, que de continuar así podría repercutir de manera más drástica.

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