Como parte de las investigaciones por una serie de ilícitos en la capital chiapaneca, policías ministeriales detuvieron a una camioneta. El conductor no se detenía y fue perseguido. Al final resultó ser un abogado. El debate de desató con los oficiales, y también entre la gente.
Una camioneta marca Toyota tipo Tacoma, color negro, placas CV-74432, de Chiapas, circulaba de sur a norte sobre la Calzada Señor del Pozo (conocida como Calzada a Cerro Hueco).
Repentinamente comenzó a ser perseguida por una camioneta blanca, sin placas, con vidrios polarizados. Algunos hombres armados, pero de civil, iban en ella.
Los ocupantes de la camioneta blanca le marcaron el alto al conductor de la Tacoma, pero éste al verlos armados huyó hacia el norte. Finalmente se detuvo obligado por el semáforo, a unos metros del Libramiento Sur, frente a conocido auto hotel.
Los ocupantes de la camioneta blanca descendieron y encararon al automovilista de la Tacoma. Se identificaron como policías y pidieron se bajara el conductor para una revisión de rutina.
Explicaron que andan buscando precisamente una camioneta Tacoma, negra, por ser sospechosa de algunos ilícitos perpetrados en Tuxtla Gutiérrez.
El conductor resultó ser abogado y se defendió. “El artículo 16 de la Constitución me ampara, nadie puede ser molestado en su persona o bienes (casa o carro) sin una orden escrita de la autoridad”.
“Pero es un operativo de seguridad”, dijeron desconcertados los oficiales. Y la discusión se alargó. Entre los curiosos también se armó del debate. Unos consideraban que el Código Penal del Estado de Chiapas avala este procederé policiaco. “En caso que así fuera, la Carta Magna está por encima de cualquier Código Penal local”, dijo otro. Al final el automovilista se fue. No debía nada.