Estela necesita plaquetas para combatir enfermedad

A doña Estela, cuando le diagnosticaron “púrpura”, una enfermedad que destruye las plaquetas, los médicos le dieron solamente seis meses de vida, pero no se ha doblegado y va nueve años sobrellevando -aunque con altibajos- esta rara enfermedad; sin embargo, para poder continuar su lucha contra este mal es necesario que cuente con donaciones de sangre y plaquetas.

Sentada en el comedor de su hogar, mientras prepara la comida del día, doña María Estela Ballinas, quien actualmente tiene 77 años (en marzo cumple 78) cuenta que desde que le diagnosticaron Púrpura Trombocitopénica Inmune (PTI) se ha sentido inútil, ya que no puede desarrollar las actividades que comúnmente hacía y solamente hace cosas sencillas.

“No debo hacer fuerza, no debo andar en el sol, una inútil me hicieron ya, solo hago cosas en la casa pero que no implique mucho esfuerzo. Antes barría, trapeaba, lavaba y ahora ya no puedo hacer eso, solamente lo más sencillo por la fatiga; camino media cuadra y ya me siento cansada”, expone.

Expresa que los médicos le confirmaron que la enfermedad rara que tiene es a largo plazo, es decir, crónica: “No tiene cura, solamente me la están controlando”, y aunque le pueden realizar un operación y aplicarle quimioterapias, no cuenta con los recursos suficientes; “aunque tengo mi casa ha sido difícil venderla, no es fácil vender una propiedad de un día para otro”.

Actualmente lamenta que aunque tuviera el dinero no la pueden operar al tener las plaquetas muy bajas (18 mil), por lo que se mantiene con sus medicamentos que le cuestan en promedio cinco mil pesos cada 28 días, además de tomar sus licuados y jugos.

“Me iban a poner quimioterapias pero están muy altos los costos, cerca de 40 mil pesos”, enfatiza. También a doña María le prescribieron inyecciones de la misma cantidad, pero derivado de su condición económica no pudieron aplicárselas.

Con relación a que si cuenta con un sistema de salud a su favor, señala que tuvo Seguro Popular pero no le ayudó en nada. “Solamente en consultas, pero las medicinas importantes no te las dan, te dan las baratitas”, externó uno de sus hijos que estaba atento a la entrevista que se le hacía a su madre.

“Naproxeno y algo más para el dolor, pero lo que sirve para las plaquetas no te las dan, por eso tenemos que conseguirlas cada 28 días”, sobre todo el ácido micofenólico, el más costoso de sus medicinas, por lo que confiesa que a veces se desespera pero luego retoma ánimos y sigue adelante con la ayuda de sus familiares.

Pese a ello, externa que lo más difícil dentro de su viacrucis es conseguir la sangre y las plaquetas; “no hay quien dé, antes me daban los soldados pero ahora ya no lo permiten y mucha de mi familia tiene algún padecimiento o complicación de salud por lo que no me pueden ayudar”.

Doña Estela se acerca a su altar en donde están colocados un Cristo, una virgen y otras imágenes de santos, propias de la religión católica, frente a sus deidades se le entrecorta la voz y pide fuerza para seguir luchando contra esta enfermedad. “Él es el que decide, soy creyente y a la hora que él diga, Dios es el que va a mandar”, sentencia.