“No creo que la libre”, se atreven a pronosticar algunos curiosos, que sin ser médicos ven lo grave que se encuentra el vendedor de bebidas energizantes, mientras es subido a la ambulancia. Y el chofer del colectivo que lo atropelló, tiembla. Si el hombre muere el que no la librará será el colectivero.
El hombre, no identificado, vendía bebidas energizantes, como cada día, en el crucero de la 9ª Sur y calzada Pensil de Tuxtla Gutiérrez.
En su mano derecha, ataviado con la ropa color verde que publicita a la bebida “Vive al 100”, cruzaba la 9ª Sur luego de ofertar sin éxito su producto.
Pero de poniente a oriente apareció veloz el colectivo marca Nissan tipo Urvan, con número económico 3303, placas 395050-B. Conducía Víctor Manuel Ramírez.
Y el colectivero no frenó pese a ver al vendedor que cruzaba temerario la peligrosa vía. Peligrosa por los taxistas y colectivos que circulan veloces a todas horas del día y noche.
Y el vendedor fue embestido. Quedó sobre el camellón central.
Al lugar acudieron bomberos de la estación Oriente, ubicada cerca de allí. Y subieron a la ambulancia 21, al lesionado, ya sin ropa.
“Está grave”, se limitaron a decir a la prensa.
Los curiosos, al verlo y oír el pronóstico reservado, es que se atrevieron a vaticinar: “No creo que la libre”. “Pero si la libra y vive, no creo que viva al 100”, dijeron irónicamente parafraseando el nombre de la bebida energizante que el vendedor ofertaba cuando fue arrollado.
El colectivero tembló. Si el vendedor muere, le espera una larga condena.