Bajo el inclemente sol de Tuxtla Gutiérrez, a sus 73 años, don Javier Santiago Avadía se dedica a la venta de paletas, cuyo ingreso ha caído de forma drástica en las últimas semanas a causa de las medidas para prevenir contagios por el Covid-19.
Don Javier trabaja de lunes a sábado desde las 8 a las 4 de la tarde y sale con su carrito de paletas desde San Roque hacia el mercado San Juan, luego al IMSS de Las Palmas, Calzada de las Etnias y el centro de la capital.
Nacido el 24 de noviembre de 1947 en Comitán de Domínguez, don Javier ha realizado este oficio durante 40 años y gracias a esto le ha dado para mantener a su esposa y a sus cinco hijos.
Ahora, se encuentra solo, ya que su esposa falleció y sus hijos hicieron sus familias.
Don Javier, con gorra, camisa manga larga y botas, sale todos los días como miles de personas que no se pueden detener durante esta contingencia.
“Llevo más de 40 años, los jefes ya me tienen mucha confianza. Si alguien quiere una paleta, sólo le abro la puertita y ellos escogen de cacahuate, vainilla, coco, grosella o limón”, dijo.
Fe, es la palabra que día con día Javier tiene en la mente, tanto para salir adelante como para tener un ingreso y poder comer.
“Tengo una hermana en Comitán, voy cada dos meses. Ella me dice que me quede pero la verdad me da vergüenza. Quiero echarle ganas y llegar en diciembre, primero Dios”, añadió.
Don Javier tiene esta ruta por el momento, se caracteriza porque les da su número de celular a sus clientes para que puedan comprarle más adelante.
“Hay que tener un poco de fe. Ahora no llevaba nada, pero me llamaron de una carnicería y me compraron 15 paletas. Así hay que confiar”, expresó.
El hombre recorre de San Roque al mercado San Juan y de regreso, lo que acumula 14 kilómetros en total, con una duración de cuatro horas.
“Hay mucha gente que me ve y me saluda. Les doy mi número para que me compren. Antes vendía agua de coco, pero con la contingencia ya no se puede, lo que reduce mis ingresos”, comentó.
Don Javier afirmó que le encanta su oficio y que espera llegar a diciembre para poder continuar con su labor.
“No sale mucho, pero sí para la comida. La venta se ha reducido, pero con el apoyo de todos saldremos adelante”, finalizó.
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Don Javier puede recibir pequeños apoyos o despensas para poder sobrevivir durante esta época difícil.
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