Primero el peatón

El policía levantó la mano derecha. No saludó a nadie, sino que detuvo el flujo vehicular para que cruzara la calle una mujer de la tercera edad invidente. Eso es valor. Y lo cortés no quita la valiente.

La mujer de la tercera edad avanza sobre la 15ª calle Oriente de Tuxtla Gutiérrez. Se dirigía a la 4ª Norte. Se apoyó en el brazo de su esposo.

Pero a ambos les cuesta caminar. Así que una mujer corrió para ayudar. Tomó del brazo izquierdo a la ancianita. Y cuando están por llegar a la esquina, algo inesperado sucedió.

El policía de Fuerza Ciudadana que avanzaba en su moto patrulla de poniente a oriente sobre la 4ª avenida Norte, se percató del hecho. Y se detuvo.

Dejó su unidad orillada, se paró en medio de la vía y levantó la mano derecha para detener el flujo vehicular. Los automovilistas obedecieron. Respetaron al oficial y a las personas de la tercera edad. No hubo claxonazos, como a veces ocurre cuando el tráfico se interrumpe.

Recién pasó la Navidad y persiste el espíritu navideño, de reflexión, paz y armonía.

Luego de que los ancianos cruzaran la calle, el policía continuó su recorrido y la historia de la ciudad capitalina continúa escribiéndose.

Pero en una página quedó asentada ya la buena acción del elemento de seguridad pública. Tuvo la sensibilidad de detectar la necesidad humana ajena, tuvo el valor de ser cortés. Y lo cortés, nunca quita lo valiente.