En la cabecera municipal de Villa Corzo, una camioneta que circulaba por la segunda entrada del panteón acabó volcando aparatosamente.
Eran cerca de las 15:00 horas cuando el vehículo se accidentó y esto llamó la atención de los vecinos cercanos.
La unidad iba cargada con ladrillos, cuyo destino ya no se cumplió, la cual se tambaleaba peligrosamente mientras ascendía en una pendiente.
De acuerdo con los testigos, el motor se apagó repentinamente, como si la máquina se hubiera agotado por la subida.
El conductor, un sujeto que en ese momento solo pensaba en controlar la situación, perdió el dominio del volante. En un abrir y cerrar de ojos, la camioneta giró sobre sí misma y terminó volcada.
Los presentes, atónitos, se arremolinaron para ver lo que había ocurrido y observaron cómo el chofer logró salir del vehículo sin un solo rasguño, solo con la respiración agitada y los nervios aún temblando en sus manos.
El caos del momento pronto atrajo a las autoridades, quienes llegaron para investigar los hechos y determinar responsabilidades.
Mientras tanto, los curiosos se agolpaban alrededor de la escena comentando sobre la pendiente traicionera, las fallas mecánicas y acerca de la suerte del ileso conductor.
La volcadura dejó cuantiosas pérdidas materiales, pero el hombre vivió para contarlo. Entre las palabras de los vecinos, se repetía una frase con alivio: “Pudo haber sido mucho peor”.