Los huracanes si bien generan una gran cantidad de daños y una pérdida económica muy alta, ambientalmente son un proceso de regeneración natural ante periodos de secas y otros efectos del cambio climático.
Para las ciudades costeras han representado un proceso ambiental negativo porque se han destruidos manglares, pero al interior de las ciudades, el agua que originan y trasladan ayuda a renovar los mantos acuíferos y se puede almacenar en las presas.
Especialista
Esto lo señaló Marcelino García Benítez, investigador por México asignado al Instituto de Investigación en Gestión de Riesgos y Cambio Climático de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach).
“Seguramente con el impacto de Beryl aumentará la posibilidad de que las presas del sureste y centro del país alcancen su máxima capacidad, según las condiciones que presenta hasta ahora. Los huracanes son importantes porque ayudan a reducir el estrés hídrico que prevalece”, señaló el especialista.
Este evento representa el tercer fenómeno más importante en un periodo de tres semanas, lo que tiene un impacto positivo porque ayudará a regenerar el proceso ambiental a raíz de las condiciones que prevalecieron este año.
Zonas vulnerables
En México las zonas más vulnerables a huracanes siempre serán las ciudades costeras, principalmente las penínsulas, como la de Yucatán por su cercanía con el mar Caribe y el océano Atlantico, y la de Baja California. Chiapas, por su ubicación y otros factores es poco probable que sea golpeada por estos fenómenos.
Históricamente los huracanes muy pocas veces se han introducido a Chiapas directamente. Han pasado a más de 50 kilómetros de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, específicamente; lo que se resiente son sus efectos por toda la superficie que abarcan.
Explicó que del lado del Pacífico, las condiciones son distintas y van relacionadas con el efecto del cambio climático. “Se viene de una época de sequías de tres años, no se había tenido actividad intensa hasta Otis, considerando como extraordinario”, refutó.