De acuerdo al portal “México ¿Cómo Vamos?, Chiapas acumula más del 64 por ciento de la población trabajando en la informalidad, es decir, seis de cada 10 personas están en esa condición.
Refiere que hasta el tercer trimestre de este año la meta para generar mayores fuentes de trabajo formales registró número negativos, con dos mil 340 empleos formales menos de los proyectados hasta finales de septiembre.
El director de Fomento Económico del Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez, Gilberto Ruiz Cáceres, comentó que al menos en la capital anteriormente los gobiernos municipales omitían la realización de los trámites y por ende la supervisión de los negocios.
Indicó que se fomentó una cultura de la corrupción, acostumbrando incluso a los pequeños y medianos negocios a posponer las revisiones y trámites con una “mordida”.
A partir de esta administración se trabaja para revertir este panorama y brindar protección y seguridad a los trabajadores, para que puedan alcanzar una mejor calidad de vida para sus familias a futuro. Hoy día son muchos los que no tienen acceso a prestaciones sociales ni a una jubilación.
Para combatir este problema implementaron el Sistema de Apertura Rápida de Empresas, una ventanilla en la que en tan solo tres días se pueden tramitar las licencias correspondientes a las empresas de bajo riesgo, con costo realmente bajo, contrario a lo que se piensa.
Detalló que en el caso de un local comercial menor a los 200 metros cuadrados, el costo es de 862 pesos las dos licencias necesarias, y en el caso de que el local sea hasta de 400 metros, el costo sube a mil 250 pesos, “esto garantiza un modelo de protección civil para el dueño y los trabajadores”.
Estos costos son bajos comparando con lo que podrían pagar en caso de que un trabajador tenga un accidente dentro de su local, o bien por no generar condiciones para el futuro de los trabajadores, y no sólo en el efecto inmediato sino conforme las generaciones tiendan a envejecer.
Por otra parte, Julio César García, economista e investigador, en los últimos años se tiene la percepción de que cursar los estudios universitarios ya no es redituable en cuestión de ingresos al entrar al campo laboral, y que lo mejor es iniciar un negocio propio o emplearse en otra empresa.
Desafortunadamente muchas profesiones se ejercen hoy en la informalidad, las empresas no brindan prestaciones, es decir seguridad social e Infonavit, lo que limita a los jóvenes a ahorrar para el retiro, además de que implica un menor ingreso y productividad.
Esto ha provocado que en los últimos años sea muy común que muchas personas se dediquen a un oficio o profesión que no estudiaron, o que deciden iniciar su propio negocio, debido a las pocas oportunidades laborales en su área y los bajos salarios.