Ni para tortillas

A pesar de la permanencia de la pandemia de covid-19 y la llegada de la tercera ola de contagios, continúa fluida la afluencia de comensales en taquerías y comedores del Mercado de “Los Ancianos”.

Cada negocio ofrece gel antibacterial, las mesas se encuentran separadas y todos los trabajadores portan cubrebocas. Los comensales llegan de dos, tres y hasta cuatro personas. Lo que más piden son tacos. Ahí se puede encontrar de diversos guisados: asada, cochito, ubre, surtida, maciza, menudencia y otros.

Los precios varían, por lo que van desde los 14 hasta los 17 pesos, algo caro según algunos clientes, pero es comprensible ya que señalan que “todo ha subido”, y la jornada laboral y las ocupaciones hacen que tengan que comer fuera de casa, aunque representa un gasto fuerte a fin de mes.

¡Pásele! ¡Pásele!

La taquería “El Buen Sazón”, al interior de este centro de abasto, inicia actividades a las seis de la mañana todos los días y ofrece tacos de guisados y gorditas de puerco.

Yuri de la Cruz, la propietaria, dice que en el último año la situación ha sido bastante crítica para ellos, debido a la pandemia y por el aumento en el precio de todos los insumos.

Mientras narra el panorama tan adverso que han vivido, apenas dos mesas del local están llenas, mientras que el resto de los trabajadores ofrecen y llaman a los visitantes del mercado con muchas ganas, entusiasmo, conscientes de que requieren más ventas.

Yuri platica que apenas sale para el gasto corriente del negocio y seguir operando. De ganancias “ya ni hablamos”, dice. El incremento de los precios les ha pegado duro, sobre todo porque no pueden subir sus precios o perderían todavía más clientes.

“La tortilla y el maíz se elevaron muchísimo, que es lo que más usamos nosotros ya que vendemos tacos y gorditas. Eso ha hecho que las ganancias vengan abajo. Sólo sale para que podamos seguir abriendo”, expone.

Con un ojo al local y otro a la plática, cuenta que compran el kilo de tortilla en 18 pesos. Actualmente piden nueve (kilos) para el día y no los usan todos, por eso están conscientes de que no pueden subir el costo de los tacos. A veces les sobran hasta tres kilos.

Hace algunos años compraban hasta 25 kilos diarios de tortilla, a un precio mucho menor que hoy y los ocupaban todos. Era una época en la que el negocio iba muy bien. Después de eso fueron bajando poco a poco, hasta que hace tres o cuatro años pedían entre 12 y 14 kilos.

La pandemia vino afectar mucho más. Ya no tienen pedidos para llevar y la afluencia al local, al igual que en el resto del lugar, es mínima todos los días. Sólo basta con recorrer los pasillos del mercado para ver a los trabajadores prácticamente jalar a las personas para que consuman en sus locales.

Con cierta discreción y pena por sus empleados, contó que está pensando seriamente en alternar a sus trabajadores o en despedir a dos para mejorar las finanza, ya que el negocio no anda nada bien; hace algunos meses despidió a dos con todo su pesar, pues sabe que la crisis económica prevalece.

El precio sube y sube

En la gastronomía mexicana siempre ha estado presente la tortilla, un alimento versátil que sirve como un componente básico de distintos platillos: tacos, enchiladas, quesadillas, chilaquiles, nachos y muchos más, además no puede faltar en los hogares para acompañar cada comida.

Sin embargo, en los últimos dos años se ha ido desplazando este alimento de las cocinas mexicanas debido a los incrementos que se han dado en el precio. De costar entre seis y 10 pesos hace una década, cuando se elaboraban a base de maíz, hoy día su costo por kilogramo oscila entre los 16 y 20 pesos, hecha a base de harina de maíz.

Los aumentos en los insumos, como la tonelada de harina, energía eléctrica y factores como la competencia desleal, así como una drástica caída en las ventas, han llevado a que los industriales de la masa y la tortilla tengan que incrementar los precios, lo que ha hecho caer la demanda.

Toda esta situación ha propiciado que muchos industriales estén dejando esta actividad, mientras que otros han empezado a rentar su maquinaria.

Un empresario señaló que la falta de regularización en este sector ha orillado a que muchos industriales hayan decidido darse de baja ante el Régimen de Incorporación Fiscal (RIF), así como el de no pagar algunos permisos y derechos.

Recientemente, integrantes de la Asociación de Industriales de la Masa y la Tortilla en diferentes municipios dieron a conocer que a partir del próximo 1 de agosto, incrementarían de 18 a 20 pesos el kilogramo del producto.

Sin embargo, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ante este anuncio dio a conocer que el incremento es injustificado y no está autorizado, exhortando a la población a reportar los establecimientos que vendan la tortilla a un precio mayor a los 15 pesos, que es el costo actual autorizado, y 10 pesos en las tiendas de autoservicio.

Disminuye consumo en hogares

El incremento en el costo de la tortilla ha afectado también a los hogares, ya que muchas familias prácticamente han disminuido o incluso dejado de consumir este alimento. La señora Amparo dijo que hace dos años compraba dos kilos diarios, pero actualmente sólo compra un kilo o medio.

Señala que antes compraba en una tortillería. Recuerda que hace una década costaba hasta 10 pesos el kilo, por lo que no podía faltar en su casa para comer, para hacer quesadillas, chilaquiles y otros platillos.

Al paso de los años ha disminuido su consumo. Dice que su alto precio ha hecho que comer tortilla sea casi un lujo. En la colonia donde vive, Las Canoitas, venden el kilo en 18 pesos, y hasta ello es con un repartidor en motocicleta, ya que las tortillerías la venden a 20 pesos.