Pandemia: el golpe emocional a la niñez
Los niños perdieron la posibilidad de acudir a espacios públicos a raíz de la pandemia. Carlos López / CP

A dos años de la llegada de la pandemia a México y a Chiapas, no se le ha dado la importancia que tiene a la atención de la salud mental en los niños, considerando el impacto negativo que tiene la exposición y acumulación de situaciones adversas desde la infancia, lo que genera problemas como déficit de atención, incapacidad de socializar, trastornos de ansiedad, depresión y otros.

La psicóloga clínica, especialista en infancias y adolescencias, Leticia Pérez de la Cruz, consideró que nadie estaba preparado, ni los gobiernos, las instituciones y menos la sociedad, para un acontecimiento de tal magnitud. Se tomaron medidas de acuerdo a las condiciones de salud pública que se iban dando.

Si bien para los niños no han sido tan fatales las variantes del coronavirus en comparación con los adultos y adultos mayores, esto contribuyó para que en pocas ciudades se considerara el impacto a la salud mental de ellos.

El objetivo era disminuir los contagios y las muertes, pero en ese proceso se relegó ese aspecto tan importante, sobre todo en el caso de los niños, que todavía están en pleno desarrollo de su personalidad y crecimiento.

Los más afectados

En el caso de los menores, la pandemia conllevó un cambio total de vida, empezando por la suspensión de clases presenciales, lo que representó un fuerte rezago educacional; además, millones de niños incluso dejaron la escuela porque sus padres ya no tenían ingresos, o bien, no tenían internet en su hogar.

Todo esto los expuso a ambientes tóxicos debido al estrés que se generó en las familias por convivir tanto tiempo en casa por la pandemia y la crisis económica, pero también los dejó sin la posibilidad de socializar con niños de su edad, algo fundamental en esa etapa, ya que ayuda a desarrollar diversas capacidades.

Los niños al estar en casa no tenían muchas opciones para desfogar la energía y poder jugar, separando asuntos de la escuela y del hogar. En muchos momentos sólo la madre cuidaba de ellos y eso generaba más estrés, lo cual se agravó en los casos donde previamente existía violencia.

En su experiencia, dijo que han incrementado notablemente los trastornos de ansiedad, depresión y problemas de atención tanto en niños, adolescentes y adultos, y si no se enfrentan de la manera correcta, esto traerá consecuencias a largo plazo, sobre todo para los más chicos.

El socializar con niños de su edad para un menor de seis a 12 años, es fundamental para su desarrollo mental y emocional debido a que estando con pares aprenden más cosas, como solucionar problemas, compartir, sentir empatía y respeto por los demás, a poner límites, algo que les quitaron y pocos le tomaron importancia.

Adultocentrismo

Desafortunadamente el “adultocentrismo” sigue muy marcado en la sociedad mexicana. Esto es un comportamiento que invisibiliza los derechos de los niños y niñas, ya que los adultos consideran que no tienen capacidad de elección y raciocinio y, por lo tanto, no son sujetos pensantes, anulando su capacidad de expresarse.

Durante la pandemia se agudizaron muchas actitudes adultocéntricas, dejando a los niños y las niñas sin espacios para salir, lo que se ha agudizado en ciudades en donde desde hace varios años ya no se puede salir a la calle a jugar debido a la inseguridad.

Generalmente, muchos padres minimizan una problemática infantil, bajo la idea de que los niños no tienen problemas reales, que no se estresan, que no pueden desarrollar depresión, que su única obligación es estudiar y no tienen más preocupaciones.

Se ha demostrado que los niños aprenden y adoptan prácticas de afrontamiento de situaciones adversas de sus padres a principio de su vida, por eso es importante autoevaluarse como padres, analizar cómo reaccionamos a situaciones como la pandemia, el confinamiento, los conflictos familiares y las travesuras.

La forma en que respondamos como padres a este tipo de situaciones, será la misma en que nuestros hijos lo harán, por lo que esta es una oportunidad para incentivar estrategias de afrontamiento más funcionales y adaptativas.

Salud física

Por otra parte, James Gómez Montes, especialista en salud pública, consideró que en lo respecta a la salud física sobre el impacto del coronavirus, sí hay suficientes estudios, por lo cual se identificó que quienes corrían mayor riesgo eran los adultos y no los niños, aunque obviamente nadie estaba exento.

Sin embargo, consideró que a estas alturas, a dos años de iniciada la emergencia, es importante que se vacunen también a los niños para que puedan reiniciar su vida bajo la nueva normalidad, sin riesgos a contagiarse y contagiar a sus familiares.