Se reveló una deficiencia significativa en los niveles de desinfección del vital líquido que abastece San Cristóbal de Las Casas, menos del 20 % del agua cumple con normas oficiales de cloro residual, generando un riesgo potencial para la salud de la población.
Una iniciativa de monitoreo ciudadano de la calidad del agua, coordinada por la asociación civil Cántaro Azul, trabajó por 15 meses de vigilancia. De acuerdo a Julio César Aguilar Conde, integrante de ese organismo, entre julio de 2022 y octubre de 2024, se lograron realizar 214 monitoreos.
Incumplen NOM
Los resultados son alarmantes, el 82.67 % de las muestras no contaban con los niveles de cloro residual establecidos en la Norma Oficial Mexicana NOM-127-SSA1-2021, que son de 0.2 a 1.5 partes por millón para garantizar una desinfección adecuada. El sistema La Kisst fue identificado como la fuente con la mayor deficiencia en cloración.
El trabajo se enmarcó en el proyecto Cuencas y Ciudades Fase V, impulsado por Pronatura Sur y financiado por el Fondo Mexicano de Conservación de la Naturaleza; el objetivo: identificar peligros en el agua de red abastecida por el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado Municipal (Sapam) y emitir recomendaciones para mitigarlos.
Tras un mapeo de las fuentes de abastecimiento, se seleccionaron 10 de los 12 sectores administrados por el Sapam, excluyendo dos por ser fuentes privadas.
Contaminante E. Coli
Además de la falta de cloro, el análisis de 15 parámetros de calidad detectó que el color, la turbidez, los sólidos disueltos totales y, de manera crítica, la bacteria E. coli, rebasaban recurrentemente los límites máximos permisibles.
En concreto, cuatro de cada 10 muestras de agua dieron positivo a la presencia de este patógeno, causante de enfermedades gastrointestinales. Nuevamente, el manantial La Kisst presentó el mayor porcentaje de contaminación, con un 42 % de sus muestras resultando positivas para E. coli.
El estudio también destaca que la Cuenca del Valle de Jovel es particularmente susceptible a la contaminación, riesgo que puede incrementarse debido a las características y el mantenimiento de la red de distribución de agua potable, que incluye tuberías antiguas, fugas y falta de limpieza en sistemas de captación y tanques de almacenamiento.