La Misión de Bachajón, obra social de Jesuitas México, cuyo fin es acompañar en la armonía, autonomía y autoctonía en las comunidades, celebró el encuentro realizado entre diáconos permanentes indígenas tsotsiles y tseltales desde el municipio de San Andrés Larráinzar.
Del 29 al 31 de agosto se llevó a cabo en San Andrés el intercambio de experiencias de los diáconos permanentes de las zonas CHAB y tsotsil de la diócesis de San Cristóbal de Las Casas, el tema fue Contaminación y Cambio Climático.
“Fue oportunidad de no solo reflexionar sobre el daño sistemático a la Madre Tierra, sino también fue el tiempo para honrar la vida de la casa común rezándole y ofrendándole oraciones de los pueblos originarios”, consideró la misión.
El pasado 11 de diciembre, 36 indígenas tseltales recibieron la ordenación diaconal en La Misión de Bachajón, del municipio de Chilón, acompañados por la organización religiosa Jesuitas México.
Los diáconos indígenas (de estado civil en matrimonio) de la Iglesia Autóctona, fueron escogidos por sus comunidades para vivir el sufrimiento desde su corazón y servir a las personas más empobrecidas.
Cabe señalar que diácono significa “servidor”, siendo los primeros apóstoles quienes perpetuaron esta figura para atender a las viudas y huérfanos de Jerusalén. Hay dos tipos de diaconado: el transitorio, quienes se ordenan diáconos como etapa previa a ser presbíteros; y el permanente, quienes toda su vida serán diáconos.
La Misión de Bachajón es una institución inmersa en la diócesis de San Cristóbal de Las Casas, confiada a la Compañía de Jesús, integrada por un equipo plural, diverso e intercultural de hombres y mujeres, con distintas opciones de vida que, junto a sus cargos comunitarios, buscan acompañar e impulsar íntegramente los procesos pastorales, sociales y organizacionales de la comunidad tseltal, dentro del municipio de Chilón.
Estos procesos, mediante la reflexión, formación y capacitación conjunta logran que los pueblos indígenas y mestizos presentes en el territorio de La Misión fortalezcan su organización de los ts’umbaliletic. También solidifican la defensa de sus derechos, sistemas propios de vida, procesos de justicia y armonía dentro de la región.
En diciembre de 1958 se fundó La Misión de Bachajón por los sacerdotes y hermanos de la Compañía de Jesús. Los primeros misioneros enfrentaron una realidad verdaderamente difícil y cruel, pues había opresión, ignorancia, analfabetismo, alcoholismo, explotación e incluso esclavitud.