Seamos constructores de paz: Iglesia

Monseñor Fabio Martínez Castilla encabezó la santa misa de Navidad en la Catedral Metropolitana de San Marcos, en Tuxtla Gutiérrez, y dijo: ¡Jesús está con nosotros!

Recordó que en la celebración de Nochebuena se escuchó el siguiente mensaje: “El ángel decía a los pastores, no teman les traigo una buena noticia, Jesús es la vida, Jesús es la luz y nosotros hoy como verdaderos hijos de Dios somos invitados a ser también testigos de la luz y testigos de Jesús que vive en nuestro corazón”.

Por ello, pidió que “gocemos el abrazo de Dios en esta Navidad, gocemos el abrazo de Dios a cada uno de nosotros, que tenemos preocupaciones, ya que quizás algunas cosas no han salido bien, pero no estamos solos ¡Dios está con nosotros! Por eso, ante todo lo que nos puede afligir o preocupar, es necesario escuchar al Niño Jesús que hoy nos dice: si nadie te ama, mi alegría es amarte”.

Mencionó que el mensaje de Dios es: “Si estás vacío, mi abundancia te colmará; si quieres caminar, iré contigo; si me hablas, trátame de tú; pues soy tu amigo; si eres infiel, yo soy fiel, te amo; si quieres hablar, yo te escucho siempre; si me quieres ver, mira una flor, una fuente, un niño, un pobre o un necesitado; y si no tienes a nadie, recuerda siempre que me tienes a mí”.

Martínez Castilla recordó que celebrar la Navidad “es celebrar el nacimiento de Jesús, es aceptar que Dios se ha hecho carne y se ha hecho compañero nuestro en el camino de la vida, por eso san Agustín decía: ‘Hombre despierta, Dios se hizo hombre por ti’”.

Y recordó que el papa san León Magno decía: “No hay razón para estar triste, todo un Dios está con nosotros, por eso la Navidad es el abrazo del cielo, de Dios, con la tierra, de Dios con nosotros”.

“Por eso experimentemos hoy el abrazo del niño, que se note la alegría de que no estamos solos, por eso recuperemos la confianza en que Dios está con nosotros”, expresó.

Pidió tener confianza alegre en el caminar, porque no estamos solos, pero también es una alegría y compromiso que Jesús esté con nosotros, porque tenemos que ser testigos de la luz, y por ello que es necesario que se nos note esta alegría y confianza en este compromiso de amor con el hermano y seamos constructores tanto de paz como de fraternidad en este mundo tan necesitado del amor de Dios.