Miles de personas se volcaron a las calles de Tuxtla Gutiérrez a primera hora del día para despedir a las tripulaciones participantes en la Carrera Panamericana, cuyo desafío concluirá el próximo 16 de octubre en el estado de Zacatecas.
La imponente Catedral de San Marcos fue testigo de los últimos rugidos de motores y el paso de los vehículos a través del espectacular arco de salida con el nombre de Chiapas grabado y pirotecnia fría para dar aún más vistosidad a las joyas del deporte motor que son parte de esta edición especial de los 75 años.
Destacó en el arranque oficial la presencia de Carlos Cordero al volante de El Malditillo, auto que ganó la clasificación por más de diez segundos de diferencia sobre su más cercano competidor y que por ende tuvo el honor de ser el primero en el orden de salida.
“Qué bonito que volvamos a regresar al inicio, ojalá que el señor gobernador (Eduardo Ramírez Aguilar) nos vuelva a invitar el año que entra para estar aquí otra vez”, apuntó el piloto, quien tiene como objetivo ganar su séptimo título de la categoría Turismo Mayor, para igualar en campeonatos al francés Pierre de Thoisy.
Tanto Cordero como el resto de los competidores se llevaron los aplausos de los asistentes, que con teléfono celular en mano buscaban captar el momento.
Miles a lo largo de la ciudad
Elementos de Tránsito Municipal y del estado desplegaron desde las 6 de la mañana un fuerte dispositivo de cierre de calles para permitir que los autos clásicos utilizarán el carril de oriente a poniente en su salida de Tuxtla Gutiérrez hacia La Pochota, donde se instaló el punto de arranque cronometrado para los pilotos.
Algunas personas desafiaron al destino esperando al pie de la calle el paso de los autos —algunos incluso plácidamente sentados en sillas plegables sobre la acera, para disfrutar este espectáculo que tardó diez años en volver a pisar territorio chiapaneco.
Algunos aficionados al deporte motor y otros ansiosos por vivir por primera vez la salida de la Panamericana se presentaron al amanecer en el “puente de colores”, a un costado del parque Caña Hueca, para tener una vista privilegiada desde lo alto.
Uno de ellos fue Juan Villagrán, quien desde antes de las 6 arribó a este punto para ver los carros junto a sus amigos. “Ya nos hacía falta, era algo que ya era tradición aquí en Tuxtla y estoy contento de que haya regresado la carrera, comentó para “Cuarto Poder”.
De Chiapas a Oaxaca
El trayecto de esta etapa contempló un recorrido de 578 kilómetros, 127 de los cuales se repartieron en 9 secciones de velocidad y 451 kilómetros más de tránsito.
Los autos tomaron la salida a toda velocidad, experimentando el desafío de los baches del municipio de Ocozocoautla. En las redes circularon videos de varios que literalmente volaron sobre el asfalto al ir a gran velocidad y no percibir los topes, por lo que uno de estos quedó incluso con un grave daño en la llanta delantera derecha.
En los límites entre Chiapas y Oaxaca se dio también otro incidente en el que un vehículo no pudo mantenerse sobre la carretera y terminó saliendo hacia el monte para impactarse con un árbol.
Asimismo, se reportó que Ricardo Cordero tuvo un problema mecánico con una llanta, por lo que tuvo que hacer una parada forzosa para hacer el reemplazo y poder continuar su camino, aun con el daño que esto conllevará a su estatus en el reporte oficial de la clasificación.
El desgaste de las llantas y la temperatura fueron otros de los restos a superar que mencionaron los pilotos a su paso por los caminos entre los territorios chiapaneco y oaxaqueño.
Así, tras una jornada de casi diez horas al mando de sus vehículos, la tarde del mismo jueves se fue dando el arribo de los competidores a la meta ubicada en el arco de Santo Domingo, en Oaxaca de Juárez.
Uno a uno fueron pasando para recibir sus respectivas medallas conmemorativas y brindar algunas palabras a otros cientos de personas que también estuvieron atentas para recibirlos, mencionando las bellezas naturales a lo largo del recorrido y también las dificultades que tuvieron que sortear en los caminos.
Destacó a su llegada a tierras oaxaqueñas el veterano piloto norteamericano Doug Mocket, quien ha estado presente en la Carrera Panamericana desde hace 35 años y fue uno de los más animado con el hecho de que la salida regresara a Chiapas en el festejo de los 75 años.
Al cierre de esta edición se reportaba de manera extraoficial al piloto francés Hilaire Damiron como líder tras la primera fase de la competencia, continuando su camino con la Etapa 2 rumbo a Puebla (plaza que también regresó este año a Panamericana), en donde se contempla el arribo de los vehículos alrededor de las 4 de la tarde.