Celebran la amistad con obra de teatro
La Teatrería se encuentra en Roma Norte 06700, en la Ciudad de México. Cortesía

Iker y Rafa, amigos de la infancia, se reencuentran en el velorio de un amigo, frente a frente ninguno se atreve a admitir que en su amistad hay heridas y una de las causas es Lucía, ahí demostrarán si su amor fraterno es lo suficientemente fuerte para sobrevivir.

“Pensaba en la importancia de hablar de la amistad en una época como ahora, en que la sociedad está muy dividida por opiniones políticas, religiosas, sobre cómo tendría o no que ser la vida; era necesario hablar de cómo a pesar de las diferencias, la amistad tiene que ser el centro y lo que nos una”, explicó Aída del Río, dramaturga, directora y actriz de la puesta en escena Era mi compa, que se estrenó en La Teatrería.

La idea de escribir este texto surgió después de la buena aceptación que tuvo la puesta en escena Sucia y muy chingona historia de amor, una adaptación que hicieron Ana González Bello y Manuel Calderón del texto inglés Dirty great love story, y la cual Aída dirigió.

“Fueron cuatro años de temporada, pero al segundo algunos productores nos empezaron a decir a Manuel y a mí que sería bueno hacer una obra similar. Fuimos muy suertudos porque le dimos al clavo a un género que no se hace mucho en México (comedia romántica) y entonces la escribimos”, comentó.

La también actriz explicó que este es un género que nació para el cine, y Hollywood ha dado muchos ejemplos de él con películas que han sido un éxito como La boda de mi mejor amigo (1997), pero en el teatro ha sido pocas veces abordado, es por eso que con esta historia le hacen un homenaje.

Ella, Rodrigo Urquidi y Manuel Calderón, dan vida a los personajes de este texto que celebra el amor, pero esta vez no es el de pareja sino el de la amistad que hay entre dos hombres.

“A veces situaciones que parecen tan irrelevantes se vuelven importantes, como los códigos que hay entre los hombres que son irrompibles, donde de pronto suceden cosas absurdas como que las exnovias se convierten en intocables y aquí vemos qué pasa cuando se rompen esos códigos”, finalizó Aída del Río.