Globos de colores de la comunidad LGBTQ+ adornan el pasillo que va desde el campo de futbol y el gimnasio al aire libre hasta el auditorio del Reclusorio Preventivo Varonil Norte.
También se ven banderines con los mismos tonos que cuelgan entre postes. De fondo, las nubes intentan cubrir el Cerro del Chiquihuite y los cerros que delimitan la Ciudad de México con el Estado de México. Parte del colectivo LGBTQ+ del penal —en total son 71— se prepara a un costado del gimnasio con banderitas en la mano, collares de flores de plástico y globos largos sobre los hombros como si fuera una gran capa.
Algunas personas privadas de su libertad son pintadas en el rostro con brillantinas de colores y perlas. Alguno aprovecha —de forma voluntaria— hacerse una prueba rápida de detección de VIH con personas de Clínica Condesa que se encuentran presentes.
Se trata de la marcha con motivo del mes del Orgullo (el Pride) que se realiza en el penal como parte de la visibilidad por los derechos de esa comunidad. El actor y cantante Christian Chávez llega alrededor de las 11:30 y muchas de las y los internos se acercan a él. Fue invitado por autoridades del reclusorio para acompañar a hombres homosexuales y mujeres trans —desde jóvenes hasta personas de la tercera edad— a sentirse orgullosos por quienes son y celebrar la resistencia que ha mostrado la comunidad desde los disturbios en Stonewall el 28 de junio de 1969, encabezados por Marsha P. Johnson, una mujer trans negra.
Uno de los internos ——on micrófono en mano— pide que vayan tomando asiento en las sillas blancas de plástico. Unos aprovechan para pedirle un autógrafo al cantante y abrazarlo, mientras que otros alistan los últimos detalles. Una vez iniciada la ceremonia, se hace el cambio de corona de la reina saliente, Ashley, a Shirley, ambas jóvenes chicas transexuales.
Tras el aplauso de sus compañeras y compañeros, el agradecimiento al director del penal Luis Ángel Hernández Salas, y de la diputada trans Diana Sánchez Barrios, el colectivo comienza a organizarse y a formarse, mientras uno de ellos carga una grande bocina para iniciar el recorrido.