Hace 500 años, durante los últimos días de 1519 y los primeros de 1520, Hernán Cortés mandó a la Mixteca la primera expedición que estuvo a cargo de uno de sus capitanes españoles, Gonzalo de Umbría; según lo refieren las fuentes, Umbría entró por el antiguo camino real que hoy en día sería bajar de la Ciudad México, pasar por Cuautla, luego Izúcar de Matamoros y de ahí entrar a Huajuapan, Yanhuitlán, y todo lo que hoy es la zona de los Valles centrales de Oaxaca. Esa y otras dos expediciones enviadas por Cortés entre 1520 y 1521 son estudiadas por el arqueólogo Daniel Santos Hipólito.

A partir de las fuente primarias que ha estudiado en los códices mesoamericanos, como el Códice Selden, el Códice Nuttall, el Códice Colombino, el Códice Bodley y el Códice Beker, pero también de las relaciones geográficas de Antequera y las crónicas de los frailes dominicos, entre ellos Francisco de Burgoa, Francisco de Alvarado y fray Antonio de Herrera, el arqueólogo mexicano que ha trabajado en Salvamento del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) señala que ha indagado que los pueblos mixtecos se regían por tácticas y estrategias semejantes a las planteadas por El arte de la guerra, de Sun Tzu.

Mediante las teorías y los planteamientos epistemológicos del libro chino de Sun Tzu, Daniel Santos Hipólito ha llegado a la conclusión de que “hay ciertas características que nos llevan a pensar que posiblemente hubo un arte de la guerra en la región mixteca”. Su interés nació de pensar que hacía falta investigar de manera más amplia la región Mixteca y poner mayor énfasis en la parte militar de los pueblos mixtecos, en su forma de organización, en los tipos de armas que utilizaron, en las tácticas y estrategias de combate, la prevalencia de las guerras en el territorio y la estructura militar que tenía la región Ñudzahui o Mixteca.

La investigación documental e histórica le ha revelado a Santos Hipólito que clasificar y describir los tipos de armas usados para las confrontaciones armadas, podría ser un indicador del uso que les dieron tanto en los asuntos rituales como bélicos. “Las crónicas de los frailes relatan, por ejemplo, cómo se vestían sus capitanes, cómo era la organización social y económica de los pueblos Ñudzahui, que a la cabeza estaban los Iya, el equivalente al Tlatoani, y en los que había una importante presencia de mujeres gobernantes que dirigieron ejércitos”, señaló.

Gobernantes y guerreras

La fuerte presencia de las mujeres en el pueblo Ñudzahui es uno de los aportes de la investigación de Daniel Santos. Ha logrado mostrar, a través del estudio de los Códices, que las mujeres tenían un lugar súper importante en los pueblos mixtecos. Cuenta por ejemplo, la historia de la Señora 6-Mono que ocupa un lugar preponderante.

“La lámina 6 y 7 del Códice Selden relata la vida de la Princesa 6 Mono, ella fue una gobernante del pueblo de Jaltepec, en el estado de Oaxaca, y en la lámina relata que ella asumió el control y el mando de un ejército para ir a una guerra; ella enfrenta a sus enemigos, los derrota, los captura y de hecho se le ve en esa imagen del Códice sometiendo a un cautivo. Eso es muy interesante porque viene a replantear esta idea de que la mujer tenía una participación diferente”, afirma Santos Hipólito.

El trabajo de investigación le ha permitido mostrar al arqueólogo que el caso de la Señora 6-Mono pone en evidencia que en las sociedades prehispánicas la mujer sí tenía roles muy importantes, que estaban bien marcados y definidos y que en ese sentido era común que una mujer capitaneara un ejército, lo dirigiera y tomara sus respectivos caudillos.

“Su nombre es 6-Mono, ella aparece en los códices con su quechquémitl con una serpiente, pero cuando gana la guerra se lo cambian por un quechquémitl de guerra, que en la mixteca se representa con una banda que tiene una serie de fechas, en tres distintos colores: blanco, negro y rojo, eso es lo que a ella le da aún mayor estatus sociopolítico”, dice Santos Hipólito, y agrega que no es el único caso porque el códice Nuttal igual refiere que hay varias mujeres guerreras que tomaron cautivos a los seres mitológicos de un encuentro que se dio en la región Mixteca.

Era a tal grado la fuerza de las mujeres que en la época virreinal los españoles reconocieron la importancia que tenía la mujer e incluso les dejaron sus cargos; el especialista pone como ejemplo el caso de la Cacica en Tepescolula, una mujer gobernante como lo fueron las cacicas de Yanhuitlán y otros pueblos en la Mixteca donde tenían una fuerte presencia.