“Sí cantaría reguetón, solo me fijaría en no decir cosas que no son bonitas”, afirma el cantante español Raphael, quien se describe como un enamorado de la composición. Dice que ha hecho todo lo que ha querido en la vida y le ha funcionado, así que no tiene miedo de experimentar y crear algo nuevo”.

“Yo podría cantar reguetón, pero las cosas tienen que surgir, y si eso se cuadra a mi forma de vida, en el sentido del escenario... Me fijaría mucho en las letras, no decir cosas que no se pueden decir, mejor dicho, que no es bonito decir, yo podría fácilmente hacer esa clase de música, pero a mi manera, muy a mi onda”, explica Raphael en entrevista.

Imaginar que se bailan canciones como “Yo soy aquel”, “Mi gran noche”, “Digan lo que digan” al ritmo del pop urbano no sería algo extraño para esta leyenda del romanticismo.

Lo más importante es la interpretación, desde su punto de vista, es la letra y tras 60 años de carrera artística, el “divo de Linares” es como “pez en el agua”.

Deja en claro que nunca se le ha cruzado por la mente renunciar porque para él la composición se ha convertido en su corazón y dejará de hacerlo hasta que deje de latir.

“Ha sido al revés, cuando termino una cosa, ya estoy pensando en lo siguiente, he crecido en esto y estoy por vocación, me gusta, soy artista de corazón y el corazón nunca se quita porque te mueres. Así que vamos a seguir por donde estamos y haciendo cosas buenas y cada vez mejores hasta el final”, destacó.

Con esa euforia, regresará a México en febrero para ofrecer un concierto en el Auditorio Nacional, el 28 de febrero, así como en Monterrey y Guadalajara.

El “monstruo de la canción”, como también le dicen al cantante de 76 años, quiere hacer historia y afirma que varios de sus temas ya son históricos y parte de ello surge porque todo lo hace desde el fondo de su alma.

“Las cosas que se hacen del corazón nacen desde que eres muy joven y empiezas a fabricar estas nuevas cosas; luego se van convirtiendo en canciones históricas, que conocen las nuevas generaciones, les encantan y tenemos grandes seguidores de público joven y público de toda la vida. A las baladas se les debe vestir de diferentes bagajes y saber ponerle el lenguaje adecuado”, comenta.