El PAN, desmoronándose

Algo extraño les ocurrió a muchos panistas. Andan desbocados. Entraron en una tremenda crisis interna. Y es una ruptura muy fuerte, de pronósticos reservados porque una caterva de señoritos se ha apoderado de sus cúpulas y porque los panistas que han vivido en carne propia su crecimiento, consolidación, hasta haber alcanzado a la cúspide del poder en Los Pinos, se han quedado fuera o andan desorientados sin saber qué rumbo tomar.

Muchos de ellos no han podido superar la enorme derrota electoral, sufrida en las elecciones presidenciales de julio pasado. Ya se creían con la presidencia en la bolsa de nueva cuenta.

Quién sabe qué vaya a suceder con ese partido que, junto con el PRI, es uno de los dos más grandes y antiguos de México.

Sus activos más importantes están yéndose, están migrando, o están agazapados en la reflexión sobre qué les corresponderá hacer en medio de las circunstancias políticas actuales en los que ha habido un rompimiento contundente entre la clase política tradicional y otra que parece no ser tan tradicional.

La nueva dirigencia nacional, nombrada apenas el reciente domingo, ha quedado en manos de gente del excandidato presidencial, Ricardo Anaya, quien se creó a sí mismo, y muy a pulso, una fama de radical, intransigente y ególatra a más no poder hasta llegar a sentirse el centro del universo.

Lo sabe todo el mundo, el comportamiento personal de Anaya, en sus negocios personales, su forma de hacer política, y ya como candidato presidencial provocó una estrepitosa derrota de su partido hasta haber quedado en el tercer lugar de las preferencias nacionales, pero muy, muy abajo del segundo lugar.

Ya han renunciado a las filas del PAN distinguidos políticos, ya se fue Margarita Zavala y la más reciente salida es la del expresidente Felipe Calderón Hinojosa quien, quiéranlo o no, construyó estructuras y tiene mucha fuerza aún a nivel nacional.

Quienes son de abolengo panista deberían ser muy inteligentes y buscar una forma efectiva para reconstruirse o construir una fuerza política nueva que pueda reagrupar a los grupos azules inconformes con la nueva dirigencia nacional y a muchos más que andan sueltos por ahí que pudieran contribuir a crear bases y estructuras nuevas para el futuro a mediano plazo.

Muchos de ellos han demostrado ser inteligentes y muchos también poseen suficiente experiencia política en razón a los cargos que han desempeñado en el pasado inmediato: diputados locales, federales, senadores, gobernadores y presidentes de la República.

Enoc y la UNACH

Como lo mencioné en mi texto del sábado pasado, Enoc Hernández Cruz está siendo mencionado como posible aspirante a la rectoría de la Universidad Autónoma de Chiapas, la UNACH.

Tan pronto se supo eso, una jauría ha lanzado desgarradoras críticas en contra suya. Muchas de esas críticas son personales y, por tanto, anti periodísticas, sin sustento y sin pruebas.

Él es licenciado y titulado por la tricentenaria Escuela de Derecho de la UNACH y hay que recordar que, después de haber hecho muchos méritos a finales de los años noventa, en el año 2001 ganó su primera elección constitucional como presidente municipal de San Cristóbal de las Casas, con un partido nuevo, pequeño y desconocido, el Partido Alianza Social.

Y a partir de allí, él continuó con una carrera meteórica como funcionario público: diputado local, director general del ICATECH y hasta hoy dos veces funcionario público de primer nivel.

Creó un partido político local que, en su primera elección, ganó doce alcaldías y tres diputaciones locales. En las siguientes elecciones, las más recientes, dicho partido volvió a ganar trece alcaldías, espacios en el Congreso local y bien pudo haber inclinado la balanza de una coalición partidista para ganar una elección a la gubernatura. Pero en la vida las cosas no son siempre como uno quisiera que fueran.

Quienes nunca están de acuerdo con la realidad de las cosas, siempre han exigido que el rector de la UNACH sea un académico y cuando ha llegado un académico, de igual manera empiezan a tirarle lodo. El caso del rector de hoy es un ejemplo claro de esto último.

Cuando ha llegado un político, esos mismos críticos buscan y encuentran argumentos para desacreditarlo.

Respecto del actual proceso de renovación en la colina universitaria, Enoc ni siquiera se ha inscrito como aspirante y, si en su ánimo estuviera registrarse, tampoco dependerá exclusivamente de él ocupar o no ese puesto. Muchos factores internos y externos han de influir en eso.

Lo que sí llama mucho la atención es que cada que es mencionado el nombre de Enoc en cualquiera de los escenarios políticos, inmediatamente él empieza a recibir pedradas que provienen de todos lados, lanzadas con saña y con intenciones de herirlo politicamente, principalmente de sus adversarios, desde luego.

Ése solo hecho es indicativo de que el jiquipilteco tiene suficiente peso específico para aspirar a cargos como la rectoría de la UNACH. Si no lo tuviera, nadie lo pelara.

Resurge el caos

La anarquía y el desorden resurgió, ahora en la carretera México Pachuca.

La supuesta persecución de la policía local contra presuntos delincuentes en pueblos de San Juan Ixhuatepec provocó enorme enojo entre los habitantes de la zona, quienes enfurecieron, bloquearon la carretera y jóvenes encapuchados, armados con palos, piedras y tubos la vigilaban.

Lugareños colocaron barricadas y quemaron algunas patrullas y motocicletas de la policía. También saquearon una tienda ubicada al interior de una gasolinera.

Hasta anoche, al momento de enviar este texto a redacción, la policía federal ya había liberado la autopista. El bloqueo de 19 horas causó pérdidas a empresas, comerciantes y particulares que tienen necesidad de transitar por ahí.

Valdría la pena reflexionar por qué la gente reacciona de manera violenta ante cualquier acto de las corporaciones policíacas. No están dispuestos a someterse a la ley. Eso es grave.

alexmoguels@hotmail.com