El avión: broma o distracción

Efectivamente, o es una broma o una distracción, pero nada en serio. Acabamos de terminar una semana intensa y la que apenas empieza habrá de estar igualmente movida en el ámbito de la información.

El propio presidente Andrés Manuel López Obrador prendió la mecha en su conferencia mañanera del viernes reciente al anunciar la opción de rifar, a través de la Lotería Nacional, el avión presidencial que fue llevado a un lugar de Estados Unidos de Norteamérica para ponerse a la venta, desde diciembre de 2018.

Sin embargo, como nadie allá lo quiso comprar, el mismo mandatario nacional autorizó, hace apenas unos días, fuera traído de regreso a México porque estaba costando mucho dinero mantenerlo allá en territorio gringo.

Bueno, pues el tabasqueño encendió las redes sociales y causó la curiosidad de los comunicadores profesionales de México y el extranjero con esa propuesta que fue tomada como una broma o como algo completamente inviable.

Por tres razones principales: una, si el gobierno mexicano, con todas las relaciones internacionales que tiene no ha tenido la capacidad para vender esa aeronave, ¿cómo iba a poder venderla cualquier otro cristiano ordinario que llegara a ganársela en la rifa? Eso es impensable.

Dos, el propio mandatario anunció un candado a quien resultase ganador de la rifa: no iba a poder vender al avión a una cifra menor a 130 millones de dólares, porque ese había sido el avalúo de la Organización de las Naciones Unidas, la ONU.

Y, tres, se avizoraba ya, desde un principio, el desinterés de la población por comprar un cachito de la lotería por las razones antes expuestas y eso fue confirmado por una encuesta realizada por el periódico El Financiero que trajo como resultado que una amplia mayoría (82%) de los encuestados respondió que no le interesaba comprar un boleto de la multicitada rifa. Sin compradores habría un fracaso.

Es decir, muy poca gente iba a comprar cachitos y, por tanto, jamás el gobierno federal iba a reunir el dinero calculado.

Por esas tres razones y por muchas otras que alguien pudiera agregar, la propuesta era totalmente inviable.

Bueno, pues fue nota principal de diarios de distintos diarios del mundo y en México fue la comidilla de propios y extraños.

La interpretación de muchos analistas fue de que el presidente lanzó una llamarada de petate, o una cortina de humo o un distractor social para que la mayoría de los mexicanos se olvide de los verdaderos problemas del país: un nuevo sistema de salud inservible, la economía nacional en cero, sin crecimiento a la vista, la creciente inseguridad –el mismo viernes en la noche fueron asesinados e incinerados diez indígenas en Guerrero-, desempleo generalizado y muchos otros temas más en los que la 4T ha fracasado en 13 meses de gobierno.

Yo pienso que, efectivamente, pudo haber sido la intención inicial distraer la atención de los mexicanos. Sin embargo, mi reflexión es que hay una gran parte de ellos que pueden ser engañados con ese tipo de mentiras, pero hay otra parte igualmente importante de habitantes de este país que no “están chupándose el dedo” como para creerse tan semejante barbaridad.

Moraleja: no creo que haya funcionado el distractor, porque el mexicano ordinario sigue sufriendo los problemas de la realidad lacerante de todos los días: falta de dinero, inseguridad pública y falta de servicios de salud.

 Los riesgos latentes

Otro escándalo está ocurriendo en la frontera sur de México, concretamente en territorio chiapaneco: la amenaza de miles de migrantes centroamericanos que están decididos a internarse a territorio mexicano de manera ilegal a como dé lugar.

Hoy es un escándalo, pero pronto podría convertirse en un problema mayúsculo, porque son miles de indocumentados dispuestos a todo, incluso a resultar lesionados con tal de lograr su objetivo, contra tan solo cientos de miembros de la Guardia Nacional (GN) que están limitados por las leyes para no violentar sus derechos humanos. Ahí está el detalle.

Hay que recordar que esas famosas caravanas masivas se han formado gracias al ofrecimiento del propio López Obrador de que los migrantes eran bienvenidos a México, que aquí se les iba a consentir e incluso aquí se les iba a conseguir trabajo. Por eso se han dejado venir estampidas humanas que han sido difíciles de contener.

Y con esos ofrecimientos, el propio mandatario nacional se colocó la soga al cuello, porque al no poder contenerlos, provocó el enojo del presidente estadounidense Donald Trump quien lanzó un ultimátum hace varios meses de que el gobierno mexicano debería demostrar, con hechos, de que estaba contenido a los migrantes, de lo contrario la unión americana impondría fuertes sanciones económicos, vía aranceles.

Los impuestos que pagan los productos que México exporta a EE.UU. pasarían del 5% al 10% el 1 de julio, al 15% el 1 de agosto, al 20% el 1 de septiembre y al 25% el 1 de octubre, si el gobierno mexicano no comprobaba sus hechos en materia migratoria.

El resultado ahí lo tenemos ahora: el gobierno mexicano está obligado a contener, a costa de todo, la ola de migrantes, de lo contrario enfrentará la ira de Trump quien, por cierto, está ansioso por saber que los migrantes rompan el cerco mexicano para que lance sus famosos twits que tanto gusta a su base electoral gringa.

 De boca en boca

El Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC) continúa realzando acciones para promover la cultura democrática en distintas áreas de la vida social de Chiapas. Recientemente, firmó un convenio con Universidad Tecnológica de la Selva para impulsar acciones en ese sentido. El presidente de esa institución electoral, Oswaldo Chacón Rojas, dijo que con ese documento se reivindica el compromiso para formar una ciudadanía que crea en la democracia, que la entienda y la defienda.

alexmoguels@hotmail.com