Ninguna novedad, anoche
Siendo sinceros, muchos esperábamos un anuncio más contundente del gobierno federal para enfrentar la crisis sanitaria, en la conferencia de las 19 horas de anoche.
Sin embargo, los asistentes, encabezados por el secretario de Salud, Jorge Carlos Alcocer, repitieron todas las medidas que ellos mismos habían anunciado desde que México entró a la fase dos de la contingencia. Solamente le agregaron algunos enunciados que no tienen importancia esencial.
El único enunciado agregado fue que el Consejo Nacional de Salubridad determinó declarar “emergencia sanitaria”. ¿A poco? ¿Apenas se dieron cuenta que estamos en emergencia sanitaria?
Chequen ustedes mismos, estimados lectores, los datos.
Medida 1: suspensión de todas las actividades no esenciales desde el 30 de marzo (el día lunes que ya había terminado cuando fue el anuncio).
No serán suspendidas las actividades consideradas esenciales -las necesarias para atender la emergencia-, como laboral en la rama médica y el sector salud, campo, público y privado.
Continúan, por obvias razones, las acciones de seguridad pública, integridad y soberanía nacional, la actividad legislativa, los sectores esenciales para el funcionamiento de la economía y los programas sociales de las instancias gubernamentales. Todo eso ya se había dicho en días anteriores.
Medida 2: se extiende la jornada nacional de sana distancia, hasta el 30 de abril. Antes habían dicho que era al 20 de abril. El periodo se extendió solo diez días. Se prohíbe realizar reuniones de más de 50 personas y se insiste en que la gente debe lavarse las manos. Lo único nuevo es extensión del plazo de diez días.
Medida 3: el gobierno federal exhorta a la población a mantenerse en resguardo domiciliario voluntario. Eso ya se había pedido antes.
Medida 4: aunque se encuentren en actividades esenciales no deben ir a trabajar personas mayores de 60 años, las personas que tengan diagnóstico, hipertensión, diabetes, inmunosupresión, estado de embarazo. Deben ser sustituidas por empleados que no posean esas características clínicas. Ya se había dicho.
Medida 5: la Secretaría del Trabajo del gobierno federal va a decidir un regreso escalonado a las actividades laborales una vez que vaya disminuyendo la crisis sanitaria. Eso ya se sabía. Así tendrá que ser. Lo dicta la lógica de las circunstancias.
Medida 6: gobierno federal ordena la suspensión de los censos que involucren interacción física. Ese mensaje va directo al INEGI que hasta este lunes 30 de marzo tenía a muchas personas en la calle todavía recolectando encuestas a pesar que el censo terminó oficialmente el pasado 27.
Y medida 7: todas las medidas anunciadas se harán con pleno respeto a los derechos humanos ¡ohh, gran anuncio! Eso lo tienen que hacer por respeto a las leyes. No están haciendo un favor a nadie.
Es comprensible que no pueden ni deben paralizar a los 127 millones de mexicanos, pero sí es posible imponer medidas restrictivas para que la gente esté obligada a cumplir con las medidas. Pero, el gobierno federal no lo quiere hacer.
Nadie sabe qué va a suceder en los próximos días o semanas o meses. Porque estamos frente a un agente microscópico desconocido y sin cura alguna, por el momento.
Lo que sí sabemos, y con toda claridad porque se refleja en números, es que la curva de contagios está creciendo en forma exponencial –hay un aumento de más de cien casos a diario- a nivel nacional. Esa sí es una realidad que debería obligar al gobierno federal a tomar medidas más severas para contener los contagios. Pero no. Que Dios nos agarre confesados, pues.
Insisto. Estamos frente a algo desconocido, pero hay experiencias recientes en China, en Corea del Sur, en Italia, en España y en Estados Unidos, que a cualquiera “le pone los pelos de punta” porque esas son súper potencias económicas, científicas y tecnológicas, y aún así el virus les está ganando la batalla porque sus gobiernos no fueron capaces de disminuir el número de muertos.
Y si nuestra nación no es súper potencia ni económica, ni científica ni tecnológica, el único camino era el de la prevención, pero la prevención dirigida y obligada. Esperemos que las cosas salgan bien, por el bien de todos.
De boca en boca
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