Iberdrola, la empresa favorecida por 5 Presidentes

Iberdrola, la empresa española fundada en 1992, en los días del sexenio de Carlos Salinas de Gortari y del inicio del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, se convertiría en la favorita de los últimos cinco Presidentes de México, al grado que hoy mantiene subordinada a la Comisión Federal de Electricidad, y que aprovechando el trampolín del TLC, se ha convertido también en una de las Corporaciones de Energía más importantes de los Estados Unidos.  

Fundada en Bilbao, España, sería la primer gran beneficiada con grandes privilegios y concesiones, por la Administración federal (1988-1994), que realizaría con celeridad las reformas constitucionales, que permitirían la intervención del capital extranjero y nacional en las empresas estratégicas del Estado, bajo los rubros de producción, distribución y comercialización de electricidad, para vulnerar en el corto plazo, la independencia energética nacional, al subordinar a sus intereses, a una de las dos paraestatales claves para el desarrollo y progreso de México.

A dos décadas del arranque de los que serían finalmente mega negocios bajo el manto protector de Los Pinos, ha minado la fortaleza financiera de la CFE, como los bolsillos de las familias mexicanas consumidoras, al producir el 44 por ciento de la demanda nacional.

Respaldo cómplice llevado hasta la impunidad de Iberdrola, para cometer fraudes millonarios a la Comisión Federal de Electricidad, no sancionados y archivados por consigna superior, cada uno en su momento, de Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada, Felipe de Jesús Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, que la transformarían en una gigante multinacional, que ha convertido a nuestro país en su principal mercado que le reporta más del 56 por ciento de sus ganancias netas provenientes del exterior de la península europea.

Al igual que con la industria de los hidrocarburos (expropiada en 1938), representada por lo que queda de la paraestatal Petróleos Mexicanos (PEMEX), que sufre el embate voraz del inversionista extranjero y de la corrupción generalizada, la CFE padece las inclemencias de un retroceso que atenta contra la estabilidad del país.

A 80 años de la Nacionalización de la Industria Eléctrica, decretada por el Presidente Adolfo López Mateos, sus palabras y advertencias hechas el 27 de septiembre de 1960, han pasado a ser casi letra muerta, al convertirse la paraestatal CFE, en su incondicional gerencia de distribución y comercialización en diversas partes del territorio nacional.

Aún así, por su importancia histórica, y cuando todavía es rescatable en nombre de los intereses del pueblo de México, resulta prudente y oportuno recordar el mensaje a la Nación que transmitiera Don Adolfo, en los momentos en que se han consolidado reformas tras reforma constitucional, las acciones nefastas de malos gobernantes, que han defraudado la confianza popular:

“Pueblo de México:

“Les devuelvo la Energía Eléctrica, que es de la Exclusiva Propiedad de la Nación, pero no se confíen porque en Años futuros algunos Malos Mexicanos identificados con las peores causas del País intentarán por medios sutiles entregar de nuevo el Petróleo y nuestros Recursos a los Inversionistas Extranjeros. Ni un paso atrás, fue la consigna de Don Lázaro Cárdenas del Río, al Nacionalizar nuestro Petróleo.

“Hoy le tocó por fortuna a la Energía Eléctrica. Pueblo de México, los dispenso de toda obediencia a sus futuros gobernantes que pretendan entregar nuestros recursos energéticos a intereses ajenos a la Nación que conformamos. Una cosa obvia es que México requiere de varios años de evolución Tecnológica y una eficiencia Administrativa para lograr nuestra Independencia Energética; sería necio afirmar que México no requiere de la Capacitación Tecnológica en Materia Eléctrica y Petrolera. Pero para ello ningún Extranjero necesita convertirse en Accionista de las Empresas Públicas para apoyarnos.

“Solo un Traidor entrega su País a los Extranjeros; los Mexicanos podemos hacer todo mejor que cualquier otro País. Cuando un Gobernante Extranjero me pregunta si hay posibilidad de entrar al Negocio de los Energéticos o a la electricidad, le respondo que apenas estamos Independizándonos de las Invasiones Extrajeras que nos vaciaron el País. Pero que en tanto los Mexicanos sí queremos invertir en el Petróleo Americano o en su Producción de Energía Eléctrica, por si quieren un socio extranjero.

“En México la Constitución es muy clara: los Recursos Energéticos y los Yacimientos Petroleros son a Perpetuidad Propiedad Unica y Exclusiva del Pueblo Mexicano!!! Les dejo la misión de no permitir que vuelva a caer en Manos de Extranjeros.

“El resto de las Especulaciones al respecto son Traición a la Patria. Industrializar el País no implica una subasta Pública de nuestros Recursos Naturales, ni la entrega indiscriminada del Patrimonio de la Patria”.

En 2021, estamos ante hechos consumados, como parte de toda una estrategia de desmantelamiento del “estatismo” de la Comisión Federal de Electricidad, que al perder el control total de la generación de energía y frenada su expansión gradual, según los requerimientos de la industria y sociedad, ha perdido el sentido fundamental de servicio y beneficio de la economía nacional, para dar paso a la injerencia de Iberdrola, que siempre ha tenido al dinero como Dios.

Como en tierra de conquista de hace más de 500 años, de nuevo la invasión imperial, con el contubernio de quienes integran la esfera del poder en México, que siguen presionando para ir por más, para lograr el apoderamiento total de lo que queda del patrimonio de 130 millones de mexicanos, como antes con el oro y la plata, y que han convertido a la transnacional española en toda una potencia económica-financiera que nunca se imaginaron sus socios, que para invertir inicialmente en nuestro país, tuvieron que recurrir al crédito de la banca internacional, porque carecían del capital.

Llevada de la mano por los intereses de los ex Presidentes mexicanos, que no pudieron reformar los artículos 25 y 27 constitucionales, que garantizan la generación, transformación, distribución y abastecimiento de energía, permaneciendo como actividades exclusivas del Estado, Iberdrola ha podido aprovechar todos los vacíos legales detectados al modificarse la Ley de Servicio Público de Energía Eléctrica, de 1992, que incluyeron las modalidades de autogeneración, autoabasto, cogeneración y el de productor independiente, para lograr un mayor enriquecimiento, como lo reportan sus utilidades ante el fisco español.

Ganancias estratosféricas, que le permiten a esta gigante de la energía transnacional, surgida de la fusión iniciada a finales de los 80 y concretada en 1992, de dos pequeñas empresas eléctricas (Iberduero e Hidrola), en la que se presume hay desde entonces capital de origen del sexenio 1988-1992, que mantiene, gracias a las tarifas excesivamente caras que comercializa en México con la CFE, una presencia por demás importante en el mercado estadounidense.

Existen los elementos de prueba en los archivos oficiales, para afirmar que la ahora Corporación internacional, ha sido favorecida permanentemente por los gobernantes sexenales en turno, con los contratos de mayor envergadura económica, llegando al grado de que la Secretaría de Energía se convirtiera en una extensión de Iberdrola, que en correspondencia ha sido generosa, contratando a ex funcionarios federales prominentes como consejeros.

Un crecimiento vertiginoso, que permite actualmente a la  todopoderosa empresa ibérica, operar desde la capital nacional, como “Iberdrola México”, con las subsidiarias “Iberdrola Generación” e “Iberdrola Renovables”, con presencia en 16 de los 32 estados en el territorio nacional, con una capacidad instalada de más de 9.3 GW, en 16 centrales de ciclo combinado y cogeneraciones en siete parques eólicos, con 693 MW, al igual que en otros tres parques, 470 MW.

Los primeros mil millones de euros logrados en su historia empresarial, los lograría Iberdrola en 2003, por sus ganancias en México, luego de que en el año 2000, obtuviera del Banco Interamericano de Desarrollo, un préstamo de 457 millones de dólares para construir en Monterrey (Femsa-Titán), una central eléctrica de ciclo combinado de gas natural, más otra en Altamira, Tamaulipas, con capacidad de dos mil 193 MegaWatts de potencia, todo ello con el aval de la Comisión Federal de Electricidad, mediante contrato para la venta de energía por 25 años.

En junio de 2002, la Auditoría Superior de la Federación, investigaría las denuncias de supuestas irregularidades de Iberdrola, en la obtención de los permisos otorgados por la Comisión Reguladora de Energía (RE). Los resultados permitieron constatar que la empresa española había incumplido con los convenios en cuanto a la producción de energía y conclusión de obras.

Iberdrola defraudó a la CFE, al no pagar compromisos por 30.1 millones de pesos, en 2000, así como 19.6 millones en 2001 y 91 millones en 2002. Se detectó la existencia de un contrato que estipulaba que por el concepto de suministro de energía, la paraestatal mexicana estaba obligada a pagar un monto fijo a Iberdrola, independientemente de que el suministro se lleve a cabo o no, por lo que la transnacional española fue beneficiada con 15.3 millones de pesos en 2002.

Una serie de canonjías por demás favorables, que establecían el agregado de un contrato de energía de respaldo, que precisaba que en caso de que si sus plantas sufrieran fallas y salieran del sistema en la zona centro del país, la CFE estaba obligada a suministrarla, de tal forma que en 2002 fue favorecida con el pago de 15 millones de pesos.

Los grandes beneficios a favor de la ahora “gigante española de la energía”, establecía que en lo concerniente a la realización de

sus obras y conclusión, debía informar a la Comisión Reguladora de Energía, como ocurriría con la de Monterrey, que debió terminar el 1 de junio de 2002, y notificaría sin aviso previo, hasta el 20 de julio de 2003, sin que hubiese aplicación de sanción alguna por la falta, como tampoco los pagos detectados por la ASF, manteniéndose en zona de “archivo muerto” los expedientes.

Muchas historias más por contar en entregas posteriores, pero que por lo pronto al empezar a descubrirse todas las complicidades y actos de corrupción que han fincado su imperio, teniendo como punto de arranque sus escandalosas ganancias en México, lanzaría la amenaza-chantaje que se mantiene a la fecha, de no invertir cinco mil millones de dólares en el bienio 2020-2021.

Bien por el Presidente Andrés Manuel López Obrador en este intento de poner un alto a la impunidad de esta Corporación española, que ha contribuido a la elevación constante, de las tarifas en las facturas que rigurosamente se extienden bimestralmente a los consumidores, que en el caso de Chiapas, han provocado el rechazo absoluto de los usuarios de menores ingresos, al tratar de cobrarles en cifras fuera de su alcance.

La inexistencia de una estrategia de comunicación por parte del Poder Ejecutivo Federal, para enterar tanto a la sociedad como a los empresarios del fondo de su proceder, ha provocado un vacío que ha manipulado a su favor Iberdrola.

Aquí cabe aquello de la sabiduría popular, de que no hagas cosas buenas que parezcan malas, como resultado de la inducción adversa que ha generado el enemigo, y más en tiempos mediáticos-electorales.

Iberdrola debe ser de una vez por todas, subordinada al interés del pueblo de México. Quería riqueza, ya la tuvo y en demasía. Es hora de volver a los principios que en su momento dictó el Presidente Don Adolfo López Mateos. Por el bien de las actuales y venideras generaciones.

Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.

Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del Senado de la República y Comunicadores por la Unidad A.C.