¿El fin de Williams como equipo de Fórmula 1?

Apenas este viernes se anunció la potencial venta del mítico equipo inglés, ante la pérdida de su principal patrocinador —Rokit y Rok Drinks—, de modo que 2020 puede ser la última temporada que veamos viva a la escudería como la conocemos desde 1977.

Nombres como Nigel Mansell, Alain Prost, Keke Rosberg, Nelson Piquet o Damon Hill pueden pasar a la historia como campeones de equipos que dejaron de existir en la Fórmula 1, tal como pasó en su momento a escuderías destacadas como Lotus, Tyrrell Benetton o Brawn GP, las cuales viven en la memoria de los aficionados.

La historia de Williams es propia de los grandes equipos protagonistas de la F1, salpicados de tragedia, gloria y —como diría la célebre frase— “sangre, sudor y lágrimas”. Basta echarle un ojo al conmovedor documental que existe en Netflix para dar cuenta de las venturas y desventuras de la escudería fundada por Frank Williams, que van desde la historia de un padre ausente, la bancarrota, sus campeonatos de pilotos y constructores, hasta desgracias como el accidente que lo dejó en silla de ruedas y tener el triste honor de que Ayrton Senna encontrara la muerte en uno de sus autos.

El aporte de Frank Williams a la historia del deporte motor mundial es invaluable, puso —a fuerza de sacrificio, inteligencia y estrategia— a su país (Inglaterra) en el mapa del automovilismo, a punto de ganarse el título de Sir, concedido por la corona británica. Campeones de abolengo inglés como Mansell o Hill llegaron al tope de sus capacidades gracias al empuje de Williams y su equipo, en donde nombres como su propietario o Patrick Head, cofundador y director de ingeniería, trajeron innovaciones a la F1, y encumbraron a personajes como Adrian Newey, quien en el equipo encontró el camino para ser uno de los mejores diseñadores de autos en la historia.

Que Williams esté a punto de desaparecer es una desgracia, tanto para la F1 —que pierde a uno de sus pilares— como para la dirección deportiva de equipos de la mano de mujeres. Claire Williams, hija de Sir Frank, funge como directora de equipo los más recientes años, quizá los más difíciles en la historia de la escudería. Es tan sólo la segunda jefe de equipo mujer en la historia de la categoría, detrás de Monisha Kalterborn, que dirigió Sauber un lustro, de 2012 a 2017.

Los últimos años de Williams como equipo han ido de tumbo en tumbo, desde el constante cambio de motores, directores y pilotos. No hace mucho, cuando contó con Martini como patrocinador, tuvo algunos éxitos, y catapultó a Valteri Bottas a su actual lugar en Mercedes. También hay que decirlo: tomó malas decisiones que afectaron su rendimiento, pasando a ser colero de la parrilla.

Siete campeones del mundo de pilotos, nueve de constructores, 128 poles position y 133 vueltas rápidas, es el legado de Williams, uno de los cuatro grandes equipos en la historia de la máxima categoría, junto con Ferrari, McLaren y Mercedes. Hoy, está a punto de desaparecer, y siempre será una mala noticia no verlo en 2021.

@jgarciacontacto