En memoria de un sabio musical Armando Manzanero. (Q.E.P.D.)

Una vez que hemos realizados el recorrido por una parte de las tierras más emblemáticas de nuestra cultura, misma que tenía la mayor parte del simbolismo relacionado con el cosmos, la geometría, las matemáticas y los elementos naturales. Seguimos esta aventura por nuestro tren llegando a Izamal una bella ciudad con un gran colorido uniforme siendo considerada por esta razón el pueblo amarillo o dorado de Yucatán.

Izamal tiene una gran peculiaridad que fue fundada sobre los vestigios de una antigua ciudad maya. Su nombre es en honor a un personaje de origen mítico: Itzamná creador del universo. Al visitarla podemos constatar las grandes plataformas de las pirámides y sobre ellas las construcciones de casas, que los visitantes admiramos ya que algunas de ellas forman parte de su jardín, así de asombroso de una edificación maya o de la plataforma de una de pirámide que es parte de los hogares y, por qué no decirlo, los tesoros que deben de estar en los subterráneos del Convento San Antonio de Padua, una de las edificaciones más emblemáticas de Mesoamérica fundada en 1549, por Fray Diego de Landa y los misioneros franciscanos. En esta mágica ciudad se llevó a cabo la visita histórica en agosto de 1993 del Papa Juan Pablo II.

Un gran debate se puede generar para poder decidir o elegir cuál de las ciudades del área maya mexicana es la más hermosa, para algunos podrá ser Palenque, por lo que nos dirigimos a esa parte del paraíso maya.

Los primeros habitantes del área de Palenque se asentaron a lo largo del río Usumacinta. Coincidió con el apogeo de la cultura maya clásica, en la segunda mitad del siglo VII. El auge en varios rubros se amplió a la región denominada Bákal, que incluía las actuales tierras de Chiapas y Tabasco. La gran ciudad en plena selva Lacandona Palenque (lo que como sabemos es el actual Chiapas) creció gracias al ingenio maya que construyó grandes edificaciones como la denominada El Palacio, así también el templo de las Inscripciones siendo la más conocida en Palenque, no solo es una pirámide escalonada sino también la última morada de uno de los gobernantes legendarios: la tumba del Gran Pakal, (complejo de pirámide-templo-cripta) que fue descubierta en 1952 por el arqueólogo Alberto Ruiz.

Además como lo reseñé en mi colaboración anterior (parte 1) los egipcios han divulgado la historia y el poderío de dicha civilización dentro de ellas, se encuentra el misterio referente al sarcófago del Rey Tutankamón, al respecto nuestra cultura maya no se quedó atrás y la lápida de cinco toneladas del sarcófago del Gran Pakal es una obra majestuosa del arte universal. No dejando de mencionar que la iconografía de la misma ha sido objeto de múltiples interpretaciones, una de las principales es la metáfora de la muerte y el renacimiento.

No se puede soslayar del dominio y extensión del mundo maya fuera de México. Llegó hasta lo que hoy es Guatemala donde en el corazón de la selva del Petén se levantó Tikal, así como Copán en lo que es hoy Honduras, a la cual algunos identifican como la más artística del mundo maya.

Entramos a lo último de esta aventura, y será a través del sistema calendárico maya, que consistía en la conjugación de diversos calendarios para registrar con exactitud una fecha determinada. Es decir, combinaba el calendario sagrado de 260 días, con el calendario solar de 365 días y se repetían cada 52 años, después de transcurrir 18,980 días, a ello se le conoce con el nombre de Rueda Calendárica. Curiosamente en 1952 se descubre la tumba del Gran Pakal, es decir, la coincidencias en la terminación numérica 52 no dejan de sorprendernos.

Hoy inicia una vuelta más a nuestro calendario, que el espíritu y esplendor de la mágica cultura maya nos acompañe, ante los retos que están por venir, por ello, te deseo un saludable año 2021.

@UlrichRichterM