*Consumación estéril

*El larguísimo lapso

“México es un país extraordinario, fácil de dominar porque basta con controlar a un solo hombre: el presidente. Tenemos que abandonar la idea de poner en la presidencia a un ciudadano americano ya que esto llevaría, otra vez, a la guerra.

“La solución necesita más tiempo: debemos abrir a los jóvenes mexicanos ambiciosos las puertas de nuestras universidades y hace el esfuerzo de educarlos en el modo de vida americano, con nuestros valores y respeto al liderazgo de Estados Unidos.

“Con el tiempo, esos jóvenes llegarán a ocupar cargos importantes y finalmente se adueñarán de la presidencia, sin que los Estados Unidos gaste un centavo o dispare un tiro. Y lo harán mejor y más radicalmente que nosotros”.

Tal fue la filosofía de Robert Lansing, secretario de Estado de EE. UU. entre 1915 y 1920, esto es el periodo durante el cual Venustiano Carranza buscaba convertir a México en un Estado de Derecho a través de la Constitución de 1917 hasta ser arteramente asesinado por las tropas de Álvaro Obregón, ultimado éste después bajo el peso del fanatismo religioso o por su osadía de reelegirse contrariando el apotegma revolucionario.

Pienso en todo ello, el combate de México contra la ambición extranjera, a casi un año de que conmemoramos el bicentenario de la Consumación de la Independencia -1821-, tras la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México. Luego vendría el escándalo del traidor por antonomasia, el exrealista Agustín de Iturbide, quien se erigió “emperador”, fue defenestrado y huyó al extranjero para volver en busca de la muerte; tal era su trastorno mental. El gran libertador, Vicente Guerrero, nacido en Tixtla –a unos metros de la Universidad Isidro Burgos de Ayotzinapa, por cierto-, legó su sentencia: “La patria es primero”.

Entre la posición de los conservadores, capaces de entregar a su país a las manos de un enajenado príncipe europeo, y la de los liberales, quienes mantuvieron encendida la antorcha de la República en el carruaje de Juárez, podemos dividir a los mismos bandos por la obcecada animosidad del mandante-mandatario que se pretende monarca absoluto.

Por ahora, bien sabemos que Lansing era un vidente. Quizá por ello, Ronald Reagan saludó con tanto énfasis a Miguel de la Madrid cuando, en 1982, se encontraron en uno de los puentes fronterizos. El mandatario norteamericano extendió los brazos y le dio un fortísimo abrazo:

--Es un orgullo que un egresado de nuestras universidades sea hoy el presidente electo de México.

Y, con ello, inició la ruta del entreguismo mientras las naciones de Sudamérica clamaban por el liderazgo de México para formar un Mercomún y defender así a la región, nuestra región. La gran traición se gestó en esos días. Y ni modo que su herencia, su hijo Enrique, se atreva a ser candidato.

Por las alcobas

En ninguna parte del mundo el lapso entre las elecciones y la formalización de la transición política era más largo que en México: cinco meses hasta el período anterior. Por fortuna esto se acabó: en 2024 la transmisión del Ejecutivo Federal será en octubre y no en diciembre.

Mientras, entre julio y diciembre de 2018, se mantuvo una línea absurda con un mandatario electo en periplo por el país y otro constitucional a quien nadie le hacía caso mientras desmantelaba a Los Pinos, siguiendo sus pasos los entonces gobernadores más rapaces, como el nauseabundo Miguel Ángel Yunes Linares, quien se dio a realizar una “venta de garaje” para sumar millones a su ya largo caudal. ¿Y la justicia? ¿Está adormecida a pesar de que el Congreso y el Judicial alegan vivir en la 4T?

Sencillamente es una vergüenza que no puede seguir cargando el país... Yunes, Bartlett, los hijos, hermanos y primos de López IV, Irma Eréndira Sandoval y su marido Jack Ackerman –“el destripador”-, Bejarano, Adán, Layda, los Salgado de Guerrero, los Murat de Oaxaca y tantos... tantos otros, incluidos los cinco expresidentes todavía vivos (Echeverría, quien era el sexto, causó baja el 8 de julio de 2022).

loretdemola.rafael@yahoo.com