Localizan restos de Edgar Villalba a más de 512 días
Tras 512 días de búsqueda, la familia de Edgar Villalva encontró su cuerpo dentro de un tambo en la Laguna de las Ciénegas. Agencias

Tras 512 días de búsqueda, la familia de Edgar Villalva dio con su paradero. El joven de 40 años, reportado como desaparecido el 22 de abril del 2019, fue localizado sin vida el 17 de septiembre pasado dentro de un tambo en la Laguna de las Ciénegas, a un costado de la autopista Lerma-Tenango del Valle.

Su hermana Bibiana confirmó que son de Edgar los restos hallados el jueves por la Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de México (Cobupem), la Comisión Nacional de Búsqueda y la Guardia Nacional; dijo que lo identificaron físicamente, por lo que esperan recibir el cuerpo en estos días, para después realizar una ceremonia en su honor.

En entrevista, reconoció que fueron dichas instancias quienes dieron con el paradero de su hermano, derivado del trabajo y la investigación que realizó la familia por su cuenta, toda vez que acusó, por parte de la Fiscalía de Justicia mexiquense sólo hubo “muchos días perdidos, dilación, corrupción, protección y tráfico de influencias. Pero la familia no pasó un solo día sin hacer algo por encontrarlo”.

“Nuestro dolor es infinitamente desgarrador y pedimos por favor que lo recordemos como lo que siempre fue, un guerrero, una alma libre, un ser de luz y que no se publique el cómo se encontró; por salud emocional de un padre, de tres hijas de sus hermanos, sobrinos y amigos que lo amamos y lo queremos tener siempre con la imagen de una sonrisa que robaba corazones”, resaltó.

Madre buscadora

“¿Quién va a cuidar de la viejita?, Má, yo siempre te voy a cuidar!”, eran las palabras de Víctor Hugo, de 35 años de edad, quien fue encontrado por su propia madre en el pasillo de una casa abandonada de la colonia San Bosco al poniente de Hermosillo, Sonora.

Víctor Hugo González Mungarro desapareció el pasado 1 de abril en el sector donde se le encontró.

En llanto desbordado, Enedina recordó cómo desapareció su hijo. Andaba acompañado de su hermano menor, iban a reparar un celular cuando se encontraron con unas personas. Se le perdió de vista, se fue con ellos a ese domicilio y no regresó.

“Alrededor de los 20 minutos, su hermano vio a uno de ellos y le preguntó: ¿y mi carnal?, ¿qué, carnal?, pues mi carnal y le dijo, no sé, yo no lo vi”.

Su hijo tenía problemas de adicción a las drogas, dijo, y en más de dos ocasiones intentó rehabilitarlo en centros de internamiento, pero volvía a recaer. Supone que se lo llevaron personas involucradas con el crimen organizado.

La familia empezó a buscarlo casa por casa, tocó puertas de los vecinos, pero nadie lo había visto.

Desde entonces reportó su desaparición ante la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE) y lo volvió a hacer, pero no hubo respuesta.

Entonces decidió buscarlo y se unió al colectivo Buscadoras por la Paz y cinco meses después lo encontraron en el pasillo de esa casa abandonada que se usó como “tiradero” de drogas.