La presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Rosario Piedra Ibarra, hizo un llamado a las aspirantes y al aspirante a la Presidencia de México a que sus campañas se centren en un debate de ideas y no de descalificaciones y de escenarios catastrofistas.
Al encabezar la presentación del libro del “Pronunciamiento sobre el deber de prevenir y erradicar las diversas manifestaciones de violencia política en el contexto del ejercicio de los derechos político-electorales. Elementos para entender la violencia política y cómo erradicarla”, Piedra Ibarra hizo un llamado a las autoridades electorales para evitar contribuir, incitar, obviar o admitir conductas que sigan perpetuando las diversas manifestaciones de violencia política y no se ensucien las campañas y las elecciones, con mentiras y campañas negras.
Ante el próximo arranque de las campañas electorales, en las que competirán Xóchitl Gálvez, Claudia Sheinbaum y Jorge Álvarez Máynez, la titular de la CNDH sostuvo que la tarea de defender la democracia es de todas y todos.
Enfatizó que no se debe normalizar la violencia política o utilizarla como herramienta para recrear escenarios de supuesta victoria, al costo que sea.
En el auditorio del Cenadeh “Rosario Ibarra de Piedra”, explicó que el pronunciamiento resume parte de la historia de la violencia política en nuestro país, “que no es nueva, pero que ha venido sofisticándose, adquiriendo múltiples sutiles formas que, ayer como hoy, buscan el mismo resultado: escamotearle al pueblo de México su derecho a la democracia”.
Subrayó el papel de la Comisión en la defensa de ese derecho, el cual fue motivo de tantas luchas de las mexicanas y los mexicanos a lo largo de nuestra historia. Añadió que se tiene muy en claro que la CNDH no puede pronunciarse sobre los resultados electorales, “porque ni califica elecciones ni sanciona delitos electorales, ni pretende hacerlo, no va a claudicar de su deber de actuar frente a violaciones a derechos humanos que ponen en riesgo o comprometen esos resultados”.
Manifestó el compromiso y la disposición de la Comisión Nacional para generar sinergias con las instituciones e instancias electorales, siempre y cuando se coloque en el centro de sus actuaciones que los derechos político-electorales son derechos humanos reconocidos, cuyo respeto, protección y garantía compete a todas las instituciones, sociedad y gobierno.