Yeidckol, a la baja

Morena: “fragilidad y precariedad”

Buscan “derrocar” a AMLO

“Ofensivas mediáticas”

Son horas bajas para Yeidckol Polevnsky como presidenta en funciones del partido Morena: su principal opositor interno, el monrealista Alejandro Rojas Díaz Durán, por decisión del tribunal electoral fue reinstalado con plenos derechos en su militancia, a pesar de que Yeidckol pretendía expulsarlo de la organización; el presidente del Instituto Nacional de Formación Política (INFP) de Morena, el caricaturista Rafael Barajas, conocido como el Fisgón, publicó en la página de internet de ese instituto (www.ifpmorena.mx ) que este no se ha podido constituir ni ha comenzado a trabajar en forma por la falta de voluntad política de Polevnsky, en una especie de “sabotaje”; el Consejo Nacional de Morena destituyó ayer al abogado yeidckolista que como representante legal ante el Instituto Nacional Electoral boicoteó de manera sistemática al citado instituto de formación política y, para cerrar el cuadro, dicho Consejo Nacional instruyó que se forme una comisión especial para organizar, “junto” al comité nacional que preside Polevnsky, la elección de nuevo dirigente./

Los movimientos y decisiones, que de manera insalvable tienen como referencia la disputa interna por el próximo liderazgo formal de Morena (el liderazgo real lo mantendrá el presidente de la República), van más allá de esta batalla en la que ya se habla de las candidaturas de Bertha Yáñez Luján (del primer círculo obradorista) y del antes mencionado monrealista Rojas Díaz Durán. Pero lo que está en juego, lo trascendente, va más allá de dichas elecciones internas y sus resultados onomásticos./

Son particularmente importantes las advertencias hechas en la citada página del INFP: “La situación del movimiento es, en muchos sentidos, frágil y precaria. Las propuestas del presidente avanzan pero es enorme la herencia de rezago y descomposición, hay una gran resistencia al cambio y la reacción sigue siendo poderosa y no se resigna a la derrota./

“Los grupos de interés del viejo régimen están intactos y se organizan para derrocar al gobierno más votado y más democrático en la historia de México. Cuentan con el apoyo del statu-quo neoliberal mundial, con los medios convencionales y digitales y con partes del aparato del Estado. La mayoría de los gobernadores no está de acuerdo con el cambio y el aparato judicial defiende los grandes negocios del sistema corrupto y ampara a individuos con historiales delictivos. A muchos niveles de la administración hay que impulsar el cambio escritorio por escritorio y oficio por oficio”./

En el documento, firmado por Barajas Durán, se señala que la estructura de Morena “se desfondó con el triunfo en las elecciones presidenciales. La inmensa mayoría de nuestros cuadros dejaron las filas partidarias para laborar en el gobierno y prueba de ello es que muchos de los órganos de decisión de Morena están incompletos y muchas secretarías, vacantes”. Además, “... la mayor parte de los medios sigue en manos de los enemigos del cambio. Somos parte de la oleada antineoliberal de América Latina y tenemos mucho que aprender de los procesos de Argentina, Brasil y Ecuador, donde los gobiernos progresistas fueron derrotados por medio de ofensivas mediáticas en el contexto de guerras de cuarta generación. Todos los compañeros del Sur que sufrieron estos reveses nos recomiendan no descuidar al partido, formar nuevos cuadros y ponerle atención al debate ideológico” (https://bit.ly/2S3YqOj )./

Por encima de las marrullerías realizadas por Polevnsky y su equipo jurídico para incumplir el acuerdo del quinto congreso nacional extraordinario de Morena, en agosto de 2018, de destinar la mitad de las prerrogativas locales y federales para crear e impulsar el instituto de formación política (en cuyo consejo participan, de manera gratuita, Paco Ignacio Taibo II, Pedro Miguel, John Ackerman y Rafael Barajas, el Fisgón), y más allá de las desatadas incidencias electorales internas, Morena debería trabajar para convertirse en un verdadero partido, que así pudiera apoyar adecuadamente el trayecto presidencial obradorista.-

Ha dicho el presidente López Obrador que es “politiquería” el hablar de desabasto de medicinas y otros problemas en establecimientos de salud pública. Lo hizo durante una gira a Chiapas en la que visitó varios hospitales gubernamentales. Llamó a no hacer caso a quienes “difunden rumores porque ahora, si no le dan una medicina en el Issste a un paciente, dicen: ‘Es por la austeridad, lo que ya declaró López Obrador, ya no va a haber medicinas y si no te atiendo es porque desde arriba ya no nos dan nada”./

Las palabras del político tabasqueño no aprecian la realidad constantemente denunciada en instituciones de salud pública, donde se han multiplicado los casos de desabasto de medicinas y recursos de atención a pacientes, de insuficiencia de camas, consultas y citas para operaciones quirúrgicas. Hay un grave problema en clínicas y hospitales del Estado mexicano y la denuncia de tal situación, y la exigencia de soluciones, no es “politiquería” ni corresponde al ámbito de los rumores. Bien haría AMLO en aceptar la realidad como es y en reconocer los problemas que ha tenido la actual administración en esa materia, para así intentar y ofrecer soluciones reales, prácticas y medibles, sin tanta carga retórica./

Astillas: Alejandro Moreno, el gobernador con licencia de Campeche que será designado nuevo presidente del Partido Revolucionario Institucional en acuerdos secretos de convivencia con Morena, suelta discursos de crítica a este partido y al gobierno obradorista, obviamente con el propósito de mantener una fachada de oposición. Todo fuera como echar rollo… Y, mientras López Obrador ha dicho en Chiapas: “sólo siendo buenos podemos ser felices. Nada de que el vivillo, el corrupto, el mafiosillo, ese es el que rifa. No, eso no es ahora ya lo que está de moda, sino todo es portarnos bien para transformar a México”, ¡hasta mañana!