*Viaje al pasado

*Bartlett, traidor

El retroceso político y electoral es de unos cincuenta años, remitidos a la era del extinto centenario Luis Echeverría, a quien las denuncias contra él por genocidio se las llevó el viento. Entonces, la fórmula comicial se basaba, por completo, en el “dedazo” y en la amortiguación opositora –fraudes incluidos-, sin el menor ánimo de apertura hacia la democracia.

En aquel entonces más se castigaba a quien se consideraba desleal por no obedecer las consignas presidenciales que a los mandatarios estatales, senadores y diputados corruptos y cínicos. Una evidente semejanza con la actualidad como si se tratara de un espejo encontrado en los sótanos del Palacio Nacional para vindicar al viejo sistema político mexicano. ¡Y pobre de aquel que se salía del guión!

Lo sucedido el sábado y domingo últimos del mes de julio, con el que se completó el mes número 56 de la TTTT –esto es solo le restan menos de 14-, con las precampañas de Morena, son un reflejo fiel de la peor época del priismo hegemónico y quienes no olvidan constantemente refieren las burlas al pueblo y la compra de voluntades, desde los sobornos y acarreos, son signos definidos que el dirigente de este partido, de nombre Mario Delgado, trató de justificar por instrucciones del verdadero patrón, Andrés Manuel.

Por fortuna, desde el 10 de abril de 2022 cuando falló el proceso revocatorio, el INE y por consiguiente el Trife están reaccionando favorablemente y parecen tener buenas perspectivas tras el cambio en 2023 del presidente consejero, Lorenzo Córdoba Vianello, y su brazo derecho, Ciro Murayama.

El 10 de abril la carta jugada fue contra la estabilidad del INE y la apertura, con el retiro de los principales consejeros, para la entronización de personajes avalados por el partido “del presidente”, afines a pactar una sucesión viciada desde su origen y a favor de algunas de las “corcholatas” presentadas por Andrés Manuel, quien se dijo el gran destapador, esto es para substituir al tradicional “dedazo” del priismo y acaso con el propósito de arrasarlas hasta el tobogán de la historia.

Por lo pronto, la autonomía del INE parece camino de la firmeza y tal será de vital importancia incluso con los vicios de los comicios en el Estado de México; en Coahuila el priista Manolo Jiménez ganó bien.

Al respecto en los corrillos del poder real circulan versiones sobre la ruptura del pacto de impunidad entre Peña Nieto y AMLO, signado con la caballerosidad derivada del temor a ser perseguidos por sus distintos nexos comprometedores. Es obvio que Peña escogió a Emilio Lozoya Austin para ser el cordero expiatorio y AMLO a Rosario Robles Berlanga, su antigua compañera en el PRD a quien el actual presidente, además acosó en su oficina de la jefatura defeña cuando ella ya había sido seducida por el empresario Carlos Ahumada Kurtz, argentino y futbolero, a quien se presionó para que entregara millones de pesos a los vividores al servicio de AMLO, sobre todo a René Bejarano uno de sus “aguerridos” combatientes del “movimiento” que derivó, tiempo después, en la escisión del PRD y el surgimiento de Morena.

El círculo de la corrupción está totalmente cerrado y dentro, por supuesto, está el corazón y el cerebro de la 4T. Quien no lo vea que vaya a un oculista y a un psiquiatra, para operarse de la vista y ser rehabilitado para la nueva normalidad más allá de la propaganda al estilo de Joseph Goebbels, el ministro encargado de publicitar al régimen de Hitler.

En la actualidad, sin duda, los tres que hacen el papel de Goebbels son El Pigmento Ibarra, Jesús Ramírez Cavernas y Al Jalife Rahme-ra. Ellos representan lo peor de esta administración por su afición a la manipulación colectiva siguiendo las doctrinas fascistas que ya es hora de desnudar separando a esta inclinación del falso comunismo aplicado por algunos al régimen lópezobradorista.

La anécdota

El escándalo mayor sigue centrado en el anunciado boicot al T-Mec o Mexucan, sucedáneos del Tratado de Libre Comercio para América del Norte, por causa de la Ley Bartlett a favor de las energías sucias, basadas en el combustóleo o el combustible quemado en el fondo de los tanques de las refinerías que siguen laborando al 30 o 40 % de su capacidad; de haberse implementado un mantenimiento adecuado para aumentar los rendimientos habría sido inútil, como lo es la planeación y construcción de la célebre Dos Bocas que no produce un solo barril de gasolina todavía y estará terminada, si antes no paran las obras, en 2026.

Este es, sin duda, uno de los mayores engaños que hemos sufrido los mexicanos en la voz de un mandante-mandatario incapaz de ponerse a la altura de su alta investidura. Los fraudes son mayúsculas en sus obras emblemáticas y quien lo dude tendrá futuro para reflexionar e indignarse.

loretdemola.rafael@yahoo.com