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Maltratos a animales

Antes de recluirse para respetar, dijo, los días dedicados a honrar a los fieles difuntos y a todos los santos, el agnóstico AMLO –quien solo muestra imágenes sacras para extender su manipulación al colectivo-, produjo una declaración fuera de toda noción de la realidad aunque, claro, los mercenarios a su servicio hicieron lo posible para minimizarla o borrarla rápidamente de las redes –benditas o malditas según sea el caso y el criterio de los de Palacio-, y superar una de la grandes imposturas del mandante.

Andrés aseguró, con la consiguiente sorpresa hasta para sus colaboradores rastreros, que los neoliberales para ampliar fortunas y espacios habían sido los responsables de la creación de los grupos feministas, ecologistas, también de las comisiones de derechos humanos… ¡y hasta de los que exigen terminar con el maltrato animal! No teme, creo, por los gatopardos de Palacio ni acaso por el destino de sus ya célebres perros de caza bípedos. No es una cuestión de ingresos sino de blindajes en el caso de sus mascotas fieles.

Cómo puede un mexicano, cualquiera que sea pero en su sano juicio y libre de manipulaciones lesivas, creer semejantes falacias que rayan en una sociopatía aguda, esto es la inadaptación de un sujeto para disociar el bien y el mal, ignorando los derechos y sentimientos de los demás. Esto es, sencillamente, pretender que solo tiene razón él como ombligo de la República aferrándose a niveles de falsa popularidad que le endosan las encuestas y publican hasta los medios que le repelen aunque sean matemáticamente objetables; tanto que significaría un apoyo mucho mayor al de los 30 millones de sufragios emitidos en su favor en 2018, de los cuales hay certeza de un tercio, cuando menos, de decepcionados, esto es diez millones como mínimo.

¿El feminismo es un movimiento creado a la medida de los ladrones neoliberales? Esto es de carcajada; se trata de una oleada universal en pro de la igualdad de género aunque, en no pocos casos, se pase de una discriminación execrable a otra del mismo nivel como sucede en ciertas naciones, entre ellas España a la que tanto reverencian las hijas de Cortés negando el mestizaje como una dolorosa fusión de los invasores con sus esclavas violentadas.

¿Y el ecologismo? ¿No se ha enterado el mandante parlanchín, título que ya le arrebató a Fox, de la preocupación global por el cambio climático por efecto de las industrias contaminantes –entre ellas la generación de electricidad industrial numen de la reforma amlista-, la tala inmoderada, los agujeros en la atmósfera y el permanente descuido de los gobiernos que proveen de basureros nucleares y convierten a la humanidad en su rehén? Esto es ir a contracorriente de la supervivencia. ¡Vaya loco!

Lo peor tiene que ver con su incomodidad respecto a las comisiones de derechos humanos, uno de los escasos valladares con los que se topa el gobierno en su afán de dominar las vidas y destinos de los demás. Por ello no cesó hasta colocar en la CNDH a Rosario Piedra Ibarra, hija de su segunda madre, quien sigue enarbolando la bandera de su “hijo desaparecido”, Jesús, cuando esta se enteró desde hace décadas de su muerte en un operativo policiaco y luego de asesinar, con su propia arma, a don Eugenio Garza Sada. Realmente lamentable. Y aun así prevalece la persecución de Andrés contra los defensores de los derechos humanos. ¿Sabrá que 70 de estos han sido asesinados en entidades hoy gobernadas por Morena? ¿Y que el Consejo Consultivo de la Comisión repudia a la señora Ibarra?

La ignominia es el sello de la TTTT. Y no parece encaminarse sino al abismo.

La Anécdota

Me preguntaron sobre mi postura de evitar el maltrato a los animales siendo aficionado a los toros. Respondo:

-El toro de lidia es parte del equilibrio ecológico y gracias al mismo se perpetúan decenas de especies que le rodean.

-Su destino, en las plazas de toros, luego de cuatro o cinco años de crianza de élite, no hace sino exaltar su bravura –un gen único entre todas las especies; otra cosa es la fiereza-, para exaltar su muerte con mucho de misticismo y sin emboscadas cobardes.

-La fiesta brava es parte de la cultura de una nación que observa el espectáculo más ecológico que existe: el encuentro entre el carácter del hombre para superar el instinto del toro como lección profundamente existencial.

Por ello, es necesario diferenciar lo que se aprecia como maltrato animal que sí sería, pongo el ejemplo del caso referido, la muerte estigmatizada en los oscuros rastros o en las sierras sin defensa alguna. Discutamos cuánto quieran.

¡Toros sí en la Plaza México!

loretdemola.rafael@yahoo.com