La posibilidad de que Trump regrese a la Casa Blanca ha crecido. Las últimas encuestas así lo reflejan. Falta mucho para las elecciones, pero desde hace meses se vuelve indispensable incorporar el potencial impacto del factor Trump en múltiples temas internacionales, lo que tiene repercusiones no en el futuro, sino en el presente. Actualizamos ese análisis.

1. America First (EE. UU. Primero), Europa y la OTAN. El eje motor de Trump es la consideración de que EE. UU. tiene demasiadas preocupaciones propias como para estar atendiendo los asuntos de otros países, peleando las guerras de otros, y/o pagando los costos que otros deberían de pagar. Por ello Trump tuvo incontables tensiones con sus aliados. Trump llegó a cuestionar el que EE. UU. vaya realmente a defender a un miembro de la OTAN ante un ataque. Trump llegó incluso a considerar seriamente el retiro de Washington de esa alianza. Un potencial retorno de un presidente como él podría resultar en nuevas fracturas, en decisiones incoherentes con la política común actual, y en un consecuente debilitamiento de la solidez que hoy se observa. Putin lo sabe.

2. Las relaciones de EE. UU. con Rusia. Trump admiraba a Putin, tenía una buena relación personal con él, compartía reuniones privadas y conferencias de prensa conjuntas, y declaraba que “todo era negociable —incluso Crimea” a cambio de sacar un buen acuerdo del presidente ruso. Obviamente Putin extraña mucho a una figura así.

3. La guerra en Ucrania. En 2019 y 20, Trump estuvo dispuesto a condicionar la ayuda militar a Kiev a cambio de favores políticos que le eran importantes. Pero hay un sector del electorado que le respalda. Las últimas encuestas señalan que 74 % de votantes potenciales a favor de Trump se opone a proporcionar más ayuda a Ucrania. Así que, con él al mando, quizás podríamos observar una enorme reducción en el apoyo estadounidense a Kiev, tanto económico como militar, y probablemente una mucha mayor presión para que Zelensky negocie o haga concesiones. Esto ya altera los cálculos actuales. Kiev tiene toda la prisa del mundo; su contraofensiva avanza de forma más lenta que como se preveía y quizás sus resultados serán limitados. Esto formará parte de las discusiones electorales en EE. UU.

4. EE. UU.-China. En lo general, podemos decir que en este tema Biden ha sostenido la línea de Trump. La guerra comercial se mantiene intacta. La guerra tecnológica sigue escalando. El apoyo a Taiwán por parte de Washington también. Los estilos quizás son diferentes. Aún así, es probable que un retorno de Trump al poder acelere incluso más las muchas áreas de conflicto que actualmente existen entre China y EE. UU.

5. Trump y Medio Oriente. Esta región fue brutalmente sacudida con la salida de Trump y el arribo de Biden. El actual presidente se distanció de la monarquía saudí, y ha endurecido su postura ante Netanyahu. Paralelamente, Biden retomó las negociaciones con Irán para intentar revivir el acuerdo nuclear que Trump abandonó en 2018. Si Trump regresara al poder, podemos esperar, quizás, más repliegues de las pocas tropas de EE. UU. que quedan en Siria e Irak. E probable que la línea más favorable de Washington con Israel y una línea más dura de Washington contra Irán regresen incluso con mayor fuerza, lo que reduce la capacidad que hoy Biden tiene para negociar.

Hay otros temas y mucho más que decir acerca de los que toco. Lo seguiremos abordando. Lo más relevante consiste en que desde el día en que empezamos a hablar de este asunto, hasta hoy, las probabilidades del retorno de Trump a la Casa Blanca han crecido y que, si bien falta tiempo y las cosas podrían cambiar, las decisiones que están siendo tomadas en el presente, ya necesitan considerar esa probabilidad.