Con los ojos en el 21

Aunque a simple vista no parezca, varias de las acciones, declaraciones y manifestaciones de protesta que vienen ocurriendo en San Cristóbal de Las Casas tienen tintes políticos y futuristas, con miras a las elecciones municipales de 2021.

Apenas han pasado ocho meses del inicio de la actual administración municipal encabezada por Jerónima Toledo Villalobos, del partido Morena, y ya varios actores se están moviendo, pues saben que el tiempo corre rápido y que hay que aprovechar desde ahora para posicionarse.

Efectivamente, sólo son ocho de 36 meses de la administración que han corrido, que para la alcaldesa y su equipo son pocos para demostrar que pueden y saben gobernar diferente, pero para sus contrincantes políticos, dentro y fuera de su partido, es un lapso suficiente para dar señales claras de ruptura con el pasado, en cuanto a la forma de gobernar y de atender a la población.

Y tienen razón, hasta ahora no se ha notado un cambio marcado de la forma de hacer política, nada que marque una diferencia, salvo algunas pequeñas cosas no tan significativas, aunque a juicio de esta Rotonda Pública sí existe una diferencia entre ella y su antecesor Marco Antonio Cancino González que se llevaba el dinero a manos llenas y más descaradamente.

Es cierto, el ayuntamiento tiene en parte el problema de falta de recursos suficientes -como sucede en los niveles federal y estatal- para atender las crecientes demandas de obras públicas y servicios de los habitantes, pero también falta operación política para dar respuesta.

Una buena parte del tiempo y de recursos se han destinado a lo que durante lustros ha sido uno de los principales dolores de cabeza del ayuntamiento: El relleno sanitario, que se había convertido en negocio de funcionarios y líderes de comunidades.

Cuando por fin parecía que se había encontrado una solución más o menos viable, resulta que llegan denuncias de que la obra supuestamente no cumple con las normas ambientales para evitar contaminación, lo que ha generado un debate.

Fue el diputado local, Juan Salvador Camacho Velasco, del partido Morena, primo del exgobernador Manuel Velasco Coello, quien hizo la denuncia correspondiente desde hace algunas semanas.

El legislador, que tiene los ojos puestos en la posible candidatura a la alcaldía de San Cristóbal en las próximas elecciones, ha pedido, además, que se transparente el uso de los muchos millones de pesos que se han destinado a lo que él llama centro de acopio, no relleno sanitario.

Algunos han definido su postura como “fuego amigo”, debido a que milita en el mismo partido que la alcaldesa Toledo Villalobos, enfocado a la sucesión municipal. Juan Salvador se ha colocado de esta forma como uno de los posibles candidatos a la presidencia municipal, por lo que seguramente continuarán las declaraciones para evidenciar al ayuntamiento coleto en lo que no esté haciendo bien.

Aunque diga lo contrario, en fila está también la expresidenta municipal, Cecilia Flores Pérez, quien desde la dirección del Consejo Estatal para las Culturas y las Artes (Coneculta) tiene la posibilidad de mantener una fuerte presencia política en el municipio, a través diferentes actividades culturales.

Se ha rodeado de un equipo de colaboradores capaces que le puede ayudar mucho en su afán de hacerse notar con diferentes acciones, actos, presentación de artistas de buen nivel, etcétera.

Seguramente poco a poco se verá cómo crece su presencia en la ciudad, aunque, a pesar de que es muy temprano todavía, se puede decir que tiene la desventaja de haber ocupado la silla municipal y no haber salido tan bien librada, porque, además, le tocó lidiar con el loco del gobernador Juan Sabines Guerrero.

Y desde luego, en la posibilidad de la reelección está Jerónima Toledo, quien tiene todo para seguir cuando menos un trienio más, si es que de verdad se decide a ser un gobierno diferente a los anteriores, aunque cada día que pasa sin que marque un cambio juega en su contra.

A la mejor desde adentro los funcionarios ven otra cosa, pero afuera, en la calle, la gente dice lo que ve y lo que siente respecto a sus autoridades, y el comentario casi generalizado hasta ahora es que no se nota un cambio. En la medida en que se mantenga esa percepción, difícilmente podrá sostener una simpatía popular que la lleve a la reelección.

Lo que sucedió ayer con la toma de la presidencia municipal y la retención de 13 camiones recolectores de basura, dan cuenta, por otra parte, de que Cancino González sigue trabajando para tratar de regresar para competir en las elecciones de 2021, aunque se antoja difícil que ganara por la dominación del partido en el poder que camina hacia la consolidación hegemónica. Cuando menos en este momento, los demás partidos han sido prácticamente borrados del mapa político nacional, estatal y municipal.

Algunos de los dirigentes de los indígenas que ayer se manifestaron con las dos acciones mencionadas están claramente identificados con Cancino González, lo que significa que está moviendo sus piezas para tratar de golpear a la presidenta para desgastarla con fines políticos.

Hay otros y otras que también tratan de hacer su lucha, aunque con menos posibilidades, cuando menos en este momento, para tratar de colarse en la candidatura a la alcaldía, o ya de perdida en una regiduría que sigue siendo buen negocio, a pesar de la pretendida austeridad que pregona la llamada Cuarta Transformación. Seguramente en los meses próximos se irán develando otras acciones y declaraciones que darán mayor claridad de hacia dónde caminan las cosas. Fin.