Reprobable. Indignante

Como muchos otros ocurridos en el país, el asesinato de la niña Fátima Cecilia -de tan sólo siete años de edad-, ocurrido en el sur de la Ciudad de México, se ha vuelto ya emblemático, pues ha provocado la indignación general de la sociedad.

Sólo en la cabeza de criminales desalmados cabe la idea de cometer un crimen en contra de una menor indefensa como sucedió en este caso.

Parece increíble que haya personas que se dicen seres humanos que se atrevan a asesinar a una niña, independientemente de las razones que los hayan llevado a cometer el atroz crimen.

Acciones de esta naturaleza sólo se explican por la descomposición social que prevalece en el país y por la pérdida de valores y principios de las personas.

Como es natural, el crimen ha indignado a la sociedad de todo el país, no sólo a los habitantes de la capital, y existe una demanda generalizada de que los responsables sean llevados ante la justicia como corresponde, e inclusive algunos aseguran que la cárcel sería un castigo menor, comprado con lo que hicieron.

Hacía apenas unos días que se había cometido en la capital del país el feminicidio en contra de Ingrid Escamilla, que también ocasionó la indignación de la sociedad, y ahora ocurre el de la niña.

Una de las preguntas que algunas personas se hacen es que si para enfrentar este tipo de hechos basta con policías y cárceles o si es necesario que la sociedad misma junto con las autoridades, se involucre de alguna forma para evitar que sigan sucediendo.

Por desgracia, los feminicidios en diversos estados en lo que va de este gobierno no sólo no han bajado, sino que han aumentado, sin que haya poder humano para frenarlos. La violencia en general está fuera de control en muchas partes.

Ojalá que cuanto antes, las autoridades de la Ciudad de México detengan a los presuntos responsables del homicidio en contra de Fátima Cecilia. Parece que no está tan difícil, pues las investigaciones muestran avances, según lo informado ayer, con la ayuda de imágenes de cámaras de vigilancia del C5 y privadas en las que se observa cuando una mujer toma de la mano a la niña después de salir de clases y camina por la calle hasta ser subida en un vehículo que ingresa a un domicilio cateado ayer. Todo esto, según la información, sucedió en un radio de dos kilómetros.

Lo que espera la sociedad es que hay resultados pronto y que ya las autoridades hagan lo que se tenga que hacer para detener esta ola de violencia que está afectando mayormente a las mujeres.        

Picotazos

Qué bueno que las autoridades estatales tomaron la decisión de que se investigue a fondo el caso del desalojo de estudiantes de la Escuela Rural Normal Mactumatzá y padres de los 43 alumnos de Ayotzinapa, desaparecidos desde el 26 de septiembre de 2014, sucedido el pasado domingo. A todos conviene que las cosas queden claras y que, si hay responsables, respondan ante la ley, ya que hubo varios lesionados, entre manifestantes y policías. Da la impresión de que los uniformados se excedieron en el uso de la fuerza o que hubo mano negra. Ya lo dirán las investigaciones. Ojalá que no se trate de pugnas y rivalidades entre miembros del gabinete estatal con miras a la sucesión, como algunas personas sugieren. Si bien es cierto que no se deben de permitir más bloqueos que tanto daño le han hecho al estado y porque la población está harta ya, pues afectan gravemente a personas que nada tienen que ver con las demandas de los inconformes, también lo es que se debe de procurar que los desalojos sean pacíficos en la medida de las posibilidades y que se cumpla con los protocolos correspondientes. Claro, a veces la policía se enfrenta a jóvenes rijosos que lanzan piedras, cohetones y bombas molotov y por eso responden. Si algo ha cambiado en este gobierno es que ya no se permitan como antes los bloqueos carreteros, pero parece que en esta ocasión faltó tacto político, pues entre los manifestantes se encontraban padres de los 43 alumnos de Ayotzinapa y estudiantes de esa escuela, y ya se sabe que el caso tiene repercusiones mediáticas no sólo nacionales sino internacionales; por ello la nota agarró vuelo, como se dice en el argot. Tal vez faltó también información real de parte de los llamados informantes que no pasaron a sus jefes los datos correctos antes de que se tomara la decisión del desalojo policiaco. Por fortuna, hasta ahora sólo hay lesionados, esperando que el alumno que se encuentra grave en un hospital se recupere… En la comunidad de Tzajalá, municipio de Teopisca, continúa sin resolverse un problema agrario que data de 2012, cuando 26 familias fueron desplazadas y desde entonces viven en la cabecera municipal. Ojalá que con la atención que algunos funcionaros le están dando al asunto, pronto se resuelva el conflicto, que se alejen los riesgos de confrontaciones y que los desplazados regresen a la propiedad en la que desean vivir… El buen amigo Luis Guillén Morales se adelantó en el camino de la vida, como suele decirse. Excelente deportista y árbitro de futbol, pasó muchos años en las canchas. Por eso llamó la atención que un infarto le haya quitado la vida el pasado sábado. Como despedida, se le hizo un homenaje en el estadio de futbol antes de llevarlo al panteón, el domingo por la tarde cuando se jugaba un partido. Trabajaba en el Registro Civil de San Cristóbal. Dejó muchos amigos, como se pudo comprobar durante el funeral. Vaya desde este espacio un abrazo fraterno para su esposa Ena, sus hijas, Lalo, su hermano, y para sus demás familiares. Descanse en paz. Fin.