CNTE: elite criminal

Martes mortal

“Me verás caer, como una flecha salvaje”. Soda Stereo. Argentina. 2007.

Son dos expresiones en distinto lugar y fecha pero con objetivo ídem: 1. “Vamos a hacerles la vida imposible”. 2. “Ya chingamos”.

Se lo expongo: El 17 de octubre de 2013 al filo de la media noche, casi madrugada del 18, Adelfo Alejandro Gómez y Pedro Gómez Bahamaca se separan de la plebe que les rodea. En el Polifórum de Tuxtla se efectúa tormentosa asamblea magisterial.

Originario de Veracruz, a las 21 horas Adelfo Alejandro había perdido la elección. Por sentido común y cognición, de 770 delegados que participaban en el 26 congreso seccional más de 500 le dieron la espalda.

Inicia entonces un cruce de llamadas. En Oaxaca, donde insólitamente la CNTE ejerce autoridad paralela al gobierno constitucional, están pendientes y amenazantes. Los celulares no dejan de sonar.

Adelfo, al frente de una pandilla de forajidos encierra a delegados adversos durante 20 horas. No les dan agua ni comida. Adelfo amenaza con incendiar Chiapas y, en Oaxaca, secuestran camiones preparándose para salir a Tuxtla si Adelfo no gana.

Orden tajante

A las 11.45 de la noche ocurre un giro de sopetón, extraño, absurdo. Adelfo va arriba con 33 votos y, sin más, minutos después el gobierno estatal reconoce su triunfo, le alza la mano y lo invita “a trabajar juntos” en favor de los maestros.

Ahí viene la primera frase: “Vamos a hacerles la vida imposible”. ¿A qué se refiere? La envía al gobierno, sí, al gobierno que le ha legitimado de manera artera por encima de la legalidad.

En la tierra de Benito Juárez la sección XXII está feliz y lo expresa en Twitter señalando que “el camarada” Adelfo es el nuevo secretario general de la sección 7. Le llueven epítetos. “Pinches maestros macuarros”, uno de ellos. Hay indignación.

La consigna de palacio fue tajante: “Que gane Adelfo, no hay más”. Ah, cuánta falta hace el poder temerario de la maestra recién desposada a sus 77 años, Elba Esther Gordillo Morales. Desde aquella noche sobrevino el terrorismo político con consecuencias graves para la sociedad.

Ya chingamos

La del 8 de diciembre de 2015 es una mañana lluviosa y fría, envuelta en espesa neblina. Presagio de muerte.

Padre de Kiyoshi, de 5 años, David Gemayel era un chico de 28 años con sueños, sólo cometió un error: estuvo en lugar y tiempo equivocados. Le costó la vida. ¿Por qué ese martes 8 de diciembre de 2015 David Gemayel no estaba dando clases en su escuela Enrique Rodríguez Cano, de Ocozocoautla?

Convertidos en coyotes de pradera, feroces, los guías de la CNTE ofrecen plazas y cualquier cantidad de dádivas a nuevos reclutas.

Maestro excelente, David cayó hipnotizado por el artificio luciferino que han ejercido esos falsos profetas de la libertad y democracia. La criminología sostiene que víctima y victimario se conocen.

David se sumó a la revuelta. Alrededor de las 07:30 de ese día mortal, profesores y normalistas bloquean accesos a la Escuela Nacional de Protección Civil atacando brutalmente a policías federales y estatales. Éstos sólo llevan toletes y escudos de protección con el deber, irrenunciable, de preservar el orden público, la integridad personal y bienes de la población.

Los vándalos se apoderan de un autobús de la empresa AEXA con placas 664-HU-2 que ponen en marcha para embestir al grupo policíaco. David es arrollado. Pierde la vida.

“Ya chingamos” dice Adelfo. La tragedia, en términos políticos y monetarios, representa nutritivas ganancias. 24 horas siguientes, por el centro de Tuxtla pasean el cadáver dentro de un ataúd de David Gemayel. Es repugnante. Enfurece tanta bajeza, es la maldad que horroriza.

Las Honda CVR

Manejo cotidiano de escuelas públicas, intervención abusiva de la dirección política educativa, que debe ser exclusiva del gobierno; regenteo de cuotas sindicales a través de la caja de ahorro magisterial, chantajes, socialismo científico falaz, democracia usurera, representan la verdadera fisonomía de esa elite criminal.

Un maestro ordinario, pero abnegado, con sacrificios puede hacerse de un carrito de medio uso. Los líderes magisteriales se desplazan en soberbias camionetas Honda CV-R cuyo valor va de los 624 mil 900 pesos hasta los casi 730 mil.

A sangre y fuego, la CNTE ha colonizado al magisterio en Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán. El fin justifica los medios. Pierden la educación y niñez.

Nortes

Tiene ocho averiguaciones previas. Estatutariamente debió irse desde noviembre de 2021. Dueño de ranchos, casas y envidiables cuentas bancarias inalcanzables para nosotros los mortales. Pedro Gómez Bahamaca, sucesor de Adelfo, se niega a entregar la dirigencia del SNTE en Chiapas. Es sabroso el negocio del paripé.