Cambio climático mundial, la destrucción gradual

En Nueva York, el mundo, encabezado por sus jóvenes y adolescentes, dejó escuchar la demanda a los gobernantes y líderes políticos del planeta, un cambio radical de actitud para frenar el cambio climático que gradual y hasta ahora irreversiblemente, destruye el hábitat común.

Llena de coraje, de impotencia, con lágrimas en los ojos, Greta Thunberg, confirmada a sus 16 años, como el símbolo de esta lucha que ha dado comienzo, de una toma de conciencia en los cinco continentes, acusaría a quienes controlan las principales decisiones en el orbe, pasado lunes 23 de septiembre, en la sede de la Organización de las Naciones Unidas: “Estamos al principio de una extinción masiva y ustedes solo hablan de dinero y de cuentos de hadas de eterno crecimiento económico”.

Realización de una Cumbre Mundial de Jóvenes sobre la Crisis Climática, convocada por el máximo organismo internacional, en la que la pequeña dirigente de origen sueco, criticó a quienes tienen el poder de la decisión y la voluntad política, por no estar haciendo lo suficiente para detener el calentamiento global. Los jóvenes los están mirando y si fallan, no los van a perdonar.

Histórico evento realizado por el secretario general de la ONU, el portugués Antonio de Oliveira Guterres, quien se sumaría a la exigencia de Greta, para que los líderes mundiales actúen de una manera más enérgica contra el cambio climática, advirtiendo la necesidad de no seguir cavando el profundo agujero en que se encuentra la humanidad por tal indiferencia.

Y aunque lo ideal hubiese sido que por primera vez los adolescentes y jóvenes ocuparan la tribuna principal de la Asamblea General de la ONU, donde pronuncian sus discursos los mandatarios de los gobiernos acreditados, los activistas fueron ubicados en un espacio reducido, perdiéndose así la oportunidad de una mayor trascendencia, al no tener contacto con quienes deciden el rumbo del planeta.

Ahí estuvo con ellos el secretario general del organismo que regula las relaciones intergubernamentales de todos los rumbos de la Tierra, para sumarse al movimiento creciente de las nuevas generaciones que reclaman un alto a la apatía con la que desde una perspectiva egoísta, evitan la toma de decisiones que lleven a soluciones urgentes para la sobrevivencia humana.

Como hasta ahora ha ocurrido con todas sus intervenciones en diversos foros internacionales, Greta Thunberg, volvería a impactar a sus millones de seguidores y simpatizantes, al reclamar a los gobernantes: “Ustedes se han robado mis sueños, mi infancia, con sus palabras vacías, y aun así yo soy una de las afortunadas. La gente sufre, la gente muere y ecosistemas enteros están colapsando. Estamos al principio de una extinción masiva y ustedes solo hablan de dinero y de cuentos de hadas de eterno crecimiento económico. ¡Cómo se atreven!”.

El auto cuestionamiento al reflexionar acerca del porqué de su presencia en las Naciones Unidas, pues a su edad no debería estar ahí, sino ocupada estudiando en su escuela, al otro lado del Océano Atlántico, en Suecia, desde donde se transportó en barco, con sentido ambientalista.

Duro enjuiciamiento, al hacer referencia que en materia del efecto invernadero en el planeta, propiciado por la contaminación de combustibles fósiles (hidrocarburos convertidos en gasolinas y diesel), la ciencia ha sido clara desde finales de la década de los años 80, por lo que preguntaría: “¿Cómo se atreven a seguir mirando hacia otro lado y afirmar que hacen lo suficiente, cuando las políticas y las soluciones necesarias todavía no están y no se les ve por ninguna parte?”.

Reunión paralela a una Cumbre similar en la que participan Jefes de Estado y de Gobierno y dirigentes de la comunidad internacional, a la que Thunberg se dirigiría: “Ustedes nos están fallando, pero los jóvenes hemos comenzado a entender su traición. Los ojos de todas las futuras generaciones están sobre ustedes y si eligen fallarnos, nunca les vamos a perdonar. El mundo está despertando y el cambio va a llegar, les guste o no”.

Posición inquebrantable de la adolescente europea, cuya lucha honesta e incansable contra el cambio climático, le haría ser reconocida este miércoles 25 de septiembre, como ganadora del Premio Nobel Alternativo 2019, que anualmente otorga la Fundación Right Livelihood Award, con sede en Estocolmo, Suecia.

Premiación que incluye también a la defensora de derechos humanos de Sahara Occidental, Aminatou Haidar, además de Guo Jianmei, defensora de los derechos de las mujeres de China, y David Kopenawa, de Brasil, dirigente de la Asociación Yanomami Hutukara, protectores de los bosques y biodiversidad de la Amazonia.

La Fundación, que en 2019 cumple 40 años de entrega de Galardones a quienes se han distinguido por su activismo dirigido a solucionar problemas globales, revelaría que Greta obtuvo el Nobel Alternativo, por haber inspirado y encarnado las reivindicaciones políticas a favor de una acción climática urgente, conforme a datos científicos.

En cuestión de un año, Thunberg, identificada por sus fans en el mundo como la “Niña del Clima”, consolida una imagen como líder natural de gran carisma, totalmente apolítica, al crear e iniciar en su país el movimiento contra el cambio climático “Fridays For Future”, al llevar  a cabo de manera individual, en 2018, ante el Parlamento sueco, su primera huelga escolar por el clima.

Fue en 1980, cuando el Premio Right Livelihood, sería creado para honrar y apoyar a organizaciones y personas valientes que proponen soluciones visionarias y ejemplares a las causas profundas de los problemas globales. Se le conoce ampliamente como ‘Nobel Alternativo’ y hasta el momento lo han recibido 170 personas y organizaciones pertenecientes a 69 países.

Uno de los méritos de Greta Thunberg, es que todos sus señalamientos en materia de defensa del medio ambiente, tiene sustento en base a las investigaciones que permanentemente realiza, no obstante su corta edad, con una capacidad de reflexión que impresiona hasta a sus detractores representados por las poderosas Corporaciones fabricantes de automotores que operan con derivados del petróleo.

Por ello, en la Cumbre Mundial de los Adolescentes y Jóvenes contra el Cambio Climático, plantearía que aún si se consiguiera la reducción de las emisiones de carbono que se necesitan en 10 años, las probabilidades de reducir el impacto en la atmósfera, se reducen a un 50 por ciento, “que puede ser aceptable para ustedes, pero inaceptable para nosotros, los que tenemos que vivir con la consecuencias”.

Lamentaría que de la Cumbre convocada por el máximo líder de la ONU, Antonio Guterres, no habrá ninguna solución o plan que responda a las siniestras estadísticas científicas de las emisiones, “porque son números muy incómodos y ustedes todavía no son lo suficientemente maduros para decir las cosas como son”.

En medio de la prudencia que le ha caracterizado, el diplomático portugués, advertiría en su discurso ante los adolescentes y jóvenes activistas, que “si no cambiamos urgentemente nuestra forma de vida, estaremos poniendo en peligro la vida misma. Todavía no es tarde para limitar el aumento de la temperatura media del planeta a los 1,5 grados centígrados, uno de los umbrales para evitar los efectos más catastróficos del calentamiento global”.

Enfoque de la problemática climática, imaginada por Guterres, como estar en un agujero profundo y que para salir debemos dejar de cavar, lo cual exigirá transformaciones fundamentales en todos los aspectos de las sociedades, desde la forma en que se cultivan los alimentos o cómo usamos la tierra y suministramos energía a nuestras economías.

Llamado al sentido común del secretario general de la ONU, al señalar que el costo más alto para la humanidad, será el de no hacer nada para frenar el calentamiento de la tierra. El mayor es subvencionar una industria de combustibles fósiles en decadencia, construir cada vez más plantas de energía alimentadas por carbón. Sus efectos se manifiestan en el impulso de huracanes y la propagación de enfermedades tropicales.

Preguntaría a los asistentes a la Cumbre: “¿Es de sentido común construir cada vez más plantas de carbón que están asfixiando nuestro futuro? ¿Es de sentido común recompensar la contaminación que mata a millones de personas con aire sucio y hace que sea peligroso para los ciudadanos de todo el mundo incluso salir de sus hogares?”.        

Llamado a los países miembros de la ONU, para acelerar el apoyo financiero, por lo que exhortó a que repongan el Fondo Verde para el Clima y que los países desarrollados, encabezados por Estados Unidos, cumplan con su compromiso de movilizar 100 mil millones de dólares al año de fuentes públicas y privadas para la mitigación y la adaptación al cambio climático de los países en desarrollo.

Fin del evento inédito de la Cumbre Mundial de Adolescentes y Jóvenes del mundo, activistas a favor del frenar el efecto invernadero de la tierra, que como se esperaba, no tuvo las respuestas favorables de los líderes de las grandes potencias, como Estados Unidos y China, principales responsables de la grave contaminación en el planeta.

México, por supuesto que está incluido en esa lista de gobernantes irresponsables, que no han asumido con la seriedad obligada, el combate al grave problema del cambio climático, cuyos efectos son parte de una cotidianidad peligrosa, ante la mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos devastadores.

Un tema que ha dejado de abordarse por la diversidad de intereses de diversa índole en juego, especialmente en la ciudad de México, donde los índices de infición son crecientes, lo mismo que la indiferencia de las autoridades sanitarias del orden federal y de la capital del país, para investigar sus efectos en la salud de los millones de habitantes que aspiran humo en lugar de aire limpio.

Mucho

por hacer en el mundo de las apatías de la gente del poder, que como bien lo asegura Greta Thunberg y el Papa Francisco, tienen al dinero como su Dios y no a la humanidad como objetivo de vida, en un planeta que se autodestruye a cada segundo.

Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.

Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del Senado de la República y Comunicadores por la Unidad A.C.