Bajan los homicidios

En su reciente informe difundido el martes, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), dio a conocer que durante 2022 se cometieron 32 mil 223 homicidios en México, lo que representa una disminución de 9.7 respecto a 2021, año en que se contabilizaron 35 mil 700. 

Desde luego la reducción de casi 10 por ciento no es alentador porque sigue siendo muy alto el número de muertos en el país, pero es un avance importante. Peor sería que se mantuvieran las mismas cifras y más grave aún  que hubieran aumentado. 

Es elevado el número si se toma en cuenta que la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes en el país fue de 25, aunque, hay que remarcar que el año pasado fue de 28 por cada 100 mil habitantes. 

Claro que lo ideal sería que no hubiera un solo homicidio, pero ya se sabe que ello es casi imposible porque desde sus orígenes la humanidad se la ha pasado de pleito en pleito y matándose por cualquier cosa, pero principalmente por el poder y el dinero. 

En el caso de México, muchos de los crímenes están relacionados con la violencia generada por el narcotráfico que en las décadas recientes ha crecido desorbitadamente, penetrado y corrompido diversas estructuras de gobierno en sus tres niveles. 

Son muchas las armas de todo tipo y el dinero que se mueve en ese sector, no sólo en México sino en muchos países, por lo que mientras no se legalicen las drogas el problema de los homicidios dolosos difícilmente se reducirán. 

La descomposición de la sociedad y la pérdida de valores y principios a nivel general es tan grande y progresiva que no puede pensarse de manera optimista en el sentido de que el deterioro se detenga algún día.  

Por lo pronto, el informe del Inegi ha dado mucho de qué hablar y la derecha ha aprovechado para machacar que la política del gobierno federal ha sido un fracaso y que los programas sociales, prioritarios en la actual administración, de nada han servido. No podría ser de otro modo, está en su papel de oposición y difícilmente aceptaría que aunque mínimo, es un avance. 

Aprovechando el tema de la inseguridad, la oposición se alista para refregárselo al gobierno morenista durante las campañas presidenciales del año entrante, pues uno de los principales compromisos fue apaciguar el país, lo que no se ha conseguido a pesar de que se creó la Guardia Nacional. 

Ya se ha dicho antes que ese será probablemente el tópico central de los discursos de la o del abanderado opositor en las campañas proselitistas, pues es algo muy sensible que, además, golpea a la mayor parte de la población en mayor o menor medida. 

Aunque no es su responsabilidad total, hay que decir que uno de los estados con mayor número de homicidios en 2022 fue Guanajuato, gobernado por el Partido Acción Nacional (PAN), donde, según el Inegi, hubo 4 mil 256 asesinatos. 

Es posible que conforme se acerquen las elecciones de 2024, la violencia aumente porque los grupos opositores buscarán a toda costa que se note el fracaso oficial en el tema de la seguridad, aunque no tengan una estrategia viable para evitar tantos asesinatos. 

Es indudable que el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene toda la voluntad política y ha hecho todo lo posible porque no hayan tantos homicidios, pero efectivamente, aunque es importante, la baja en 9.7 por ciento de casos es insuficiente, por lo que es necesario que el gobierno redoble los esfuerzos para evitar el derramamiento de sangre lo más que se pueda.  

Picotazos. Había presagios de que la violencia podría aparecer ayer en Pantelhó con la anunciada reintegración de los integrantes del concejo municipal en la alcaldía. Sin embargo, hasta el cierre de esta columna, todo había transcurrido en paz, salvo algunos disparos de armas de fuego al aire de parte del grupo opositor que no logró rehacerse del control en manos de las autodefensas El Machete desde hace dos años. De acuerdo con la información obtenida, cuatro concejales tomaron posesión nuevamente del edificio. El único que no asistió porque así fue acordado con las autoridades estatales, fue el presidente, Alberto González Sántiz. No se precisaron las razones, pero parece una buena y prudente medida. El concejo permaneció más de tres semanas fuera de la cabecera y daba la impresión de que el grupo contrario podría retomar el control de la cabecera, pero ya se vio que no tiene fuerza ni base social, lo que significa que el grupo dominante en este momento seguirá en el poder. Lo destacable es que cuando menos ayer no se reportaron hechos de sangre, a lo que ha contribuido en gran medida la presencia en el municipio del Ejército Mexicano, la Guardia Nacional y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana estatal. Ojalá todos los sectores de ese golpeado y sufrido municipio recapaciten y dejen los odios y venganzas y se pongan a trabajar para que en lugar de estancarse haya desarrollo en beneficio de toda la población… A pesar del compromiso que hizo al iniciar su gobierno, el presidente López Obrador sigue en deuda con los familiares de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero. Ha sido prácticamente imposible que el Ejército Mexicano dé a conocer todo lo que sabe sobre ese doloroso caso para que se sepa la verdad y se castigue a todos los responsables, pero da la impresión de que los mandos militares temen que el esclarecimiento de los hechos podría poner en peligro la seguridad nacional, cuando, por el contrario, ello podría fortalecer la credibilidad y el prestigio de las propias fuerzas armadas ante la sociedad. En este contexto, el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) presentó hace unos días su sexto y último informe, titulado Hallazgos avances, obstáculos y pendientes, con lo que dio por concluidas sus labores y confirmó que se retira del país, sin que el asunto haya concluido. Lástima. Fin