Caballos Desbocados

Andrés Contra Peña

Como nunca antes los caballos de la oficialidad galopan desbocados; no solo las corcholatas que sirven de jinetes en denigrante condición de siervos de la TTTT en busca de la candidatura de Morena a la Presidencia sino también aquellos decididos a reemplazar la hegemonía priista de otros tiempos sumando nuevas gubernaturas.

Es tal la animosidad que causa una competencia con un árbitro parcial, el presidente de la República quien se dice el “destapador” –antes se hablaba del “dedazo” pero al fin es la misma circunstancia-, que la amenaza de escisiones aflora a cada rato, más aún después de las “elecciones” internas de Morena mucho peores a las más abyectas parodias del viejo PRI y el nuevo PAN representado este último por los dos mandatarios que llegaron al poder empuñando sus banderas y luego sencillamente las destrozaron apartándose de su partido hasta volver a integrarse al mismo en un vaivén que parece más bien un blindaje personal.

Es el caso de Felipe Calderón quien se inconformó con la precandidatura de Enrique Vargas del Villar, panista de cepa, porque con ella se fracturaba el pacto con el PRI –que Ya Perdió el EDOMEX- y el PRD que aspira a seguir emplazado como la aleta de tiburón. Por supuesto, esta situación sirve, casi en bandeja de plata, el delicioso manjar del estado con mayor presupuesto del país a la Gobernadora electa Y abanderada de Morena, Delfina Gómez Álvarez, quien dejó en tinieblas la Secretaría de Educación con nuevas acusaciones de desviaciones de fondos bajo su égida desde que fue alcaldesa de Texcoco.

Tan grotesca es la cuestión de las candidaturas y los ensayos bajo la mesa. En Coahuila, visto como el último bastión del priismo –aunque en Durango, en alianza, venciera un priista hace unos meses, Esteban Villegas Villarreal-, nada sirvió el subsecretario de Seguridad Pública, Ricardo Mejía Berdeja para colisionar, además del morenista multimillonario Armando Guadiana, a quien mantuvo para el PRI la gubernatura, Manuel Jiménez Salinas, el más “popular” de este partido en su entidad para seguir los pasos del gobernador saliente Miguel Riquelme.

El año pasado circuló un video en donde se aprecia a la esposa de Mejía Berdeja, Marlene Cañas, diciendo frases como ésta: “No soy mamona; soy mamonsísima” al tiempo que realiza varios bailes propios para “el tubo” con meneos inquietantes y una sentencia: ¿Esto quieres para Coahuila? La señora exhibe, además sus voluminosas caderas y buena parte de sus enormes senos. Para el cabaret, diríamos.

Tales escenas indignaron a los coahuilenses, de sendos bandos –los de Morena hablaron de “guerra sucia” y sus adversarios de la “desvergüenza” de la señora-, mientras el PRI logró sostener la alianza opositora y vencer.

La Anécdota

Los tremendos arrebatos entre los señores López IV y Peña Nieto se dieron, con rounds de sombra, en el palenque de la lucha por el Estado de México. Peña, furioso porque el acuerdo con el mandante-mandatario, con sello de impunidad, se fracturó al ser denunciado, primero, por la Unidad de Inteligencia Financiera ahora encabezada por el comunista Pablo Gómez, por desviaciones de fondos de procedencia ilícita, lo que dio lugar a la posible filtración de dos vídeos de un funcionario de viejas mañas, posiblemente Manuel Bartlett, y el propio señor López, en tratos con algunos de los sicarios del narcotráfico más conocidos.

Al tener conocimiento de ello, AMLO giró instrucciones para forzar las tuercas y la Fiscalía General de la República anunció que iría en contra del ex presidente acusándolo de tres delitos: prevaricación derivada de las implicaciones con la empresa OHL; otra, por lavado de dinero y transferencias internacionales ilegales; y la tercera por enriquecimiento inexplicable.

En el fondo de la pelea, claro, estaba el botín del Estado de México lo que ha colocado a Peña, desde su ostracismo, al frente del grupo Atlacomulco, renovando su antigua influencia, que sigue concentrando enorme poder y cuantiosos recursos económicos.

Muerto el perro se acabó la rabia.

loretdemola.rafael@yahoo.com